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Fernando Fernández Daniele Bennati (Liquigas) fue el más pillo en un final con trampa. El italiano, uno de los puntales de la Challenge, supo sacar partido de su posición de privilegio en el lanzamiento del esprint decisivo en Inca, y se vio favorecido por la caída de un Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne) que iba a por el triunfo y acabó topando con Quinziato -lanzador de Bennati- y Manuel Vázquez (Contentpolis) para acabar por los suelos. Y con él, sus ambiciones en una Challenge en la que parece haber bajado la persiana. Con la retaguardia despejada, Bennati no tuvo problemas para alzar los brazos (4:27:27) en la capital de es Raiguer y, de rebote, picar un segundo al resto de los implicados en la lucha por la general, que el transalpino lidera a falta de dos jornadas después de resistir en el corte bueno de una etapa (Inca-Inca, 182'6 kilómetros) en la que las rampas del Coll de Sóller, Sa Pedrissa y el Coll d'en Bleda realizaron la primera criba.

A las primeras de cambio se consumaron los primeros movimientos de entidad. Moherenhout (Rabobank) y Rui Costa (Caisse d'Epargne) fueron los primeros en intentarlo, aunque apenas les duró tres kilómetros la alegría. Eso sí, cuando José Ruiz (Andalucía) tomó la iniciativa, la compañía de Roman Villa (Cofidis) y Anthony Gibb (Plowman Craven Madison) le sirvió de argumento perfecto para, camino de nuevo de Inca, adquirir una máxima de 10:20 sobre el pelotón. La aparición del Coll de Sóller dejó en solitario a Ruiz. Caisse d'Epargne decidió pisar el acelerador y la escapada inició el principio de su final. Resistía Ruiz en el Coll d'en Bleda, agonizando en su cima y al paso por Deià. Sa Pedrissa (Ca'n Costa) selló la caza del valiente fugado del Andalucía, con el pelotón fraccionado y Valverde estirando la carrera en el tramo de descenso que devolvía a los corredores a es Raiguer, un año más escenario de un desenlace de vértigo.

Tanto, que el Andalucía siguió insistiendo. Javier Ramírez reivindicó de nuevo su cuota de protagonismo mientras el segundo pelotón intentaba evitar el desastre. Once kilómetros le duró la batería al último valiente del día. El color negro del Caisse d'Epargne, empeñado en que Valverde volviera a ganar en una carrera plagada de recuerdos para el murciano, tiñó los últimos kilómetros y la aparición en Inca de un primer grupo lanzado, cuya cadencia ponía los pelos de punta, señalaba el inicio de las hostilidades. Jaimerena se reservaba la baza de un Rojas que quiere la general, y lejos de meterse en problemas, Colom y Horrach, más pensando en el Gran Premio y en lo que resta de Challenge, tuvieron fortuna y evitaron la caída que decidiría la etapa. Quinziato, Valverde y Vázquez impactaban con el asfalto, y la pericia y fortuna de Bennati le dio unos metros de ventaja mientras algunos volvían a arrancar de cero. El jefe del Liquigas no perdonó, se permitió la licencia de abrir un hueco y daba mayor lustre a una Challenge que no pudo ver a Valverde en lo más alto, pero que presume de un palmarés de excepción. Ahora el que manda es Bennati, pero todavía queda lo mejor.