España ante Inglaterra trasladaba el duelo de dos estilos opuestos. Vicente Del Bosque contra Fabio Capello. El toque y la fantasía ante el músculo y la potencia. Diferentes formas de interpretar el fútbol en un escenario, el estadio Sánchez Pizjuán, que añoraba momentos de gloria de la 'roja'.
Sevilla es una ciudad que adora a la selección. De plaza fija pasó al olvido cuando Javier Clemente se cruzó por el camino. Ocho años después volvió a tener un color especial. Su embrujo ayudó a España a imponer su juego ante un esquema destructivo de Capello.
Inglaterra era la prueba que faltaba para calibrar el proyecto de Del Bosque. El partido entre las dos selecciones del momento en Europa, medía la progresión de España, que hasta la fecha tenía sus salidas a Dinamarca y Bélgica como lo más complejo. Su techo está en el Mundial. Hasta ese momento, sigue creciendo mientras el seleccionador experimenta y saca conclusiones.
Con Xavi marcando el pulso de la selección, midiendo su salud, y Xabi Alonso colosal en la destrucción, Senna no encontró su sitio, aunque inquietó con dos lanzamientos desde la frontal.
Recuerda Inglaterra a aquella España que buscaba su rumbo a finales de 2006, cuando tras tocar fondo en aquella dura derrota en Cádiz ante Rumanía, inició su recuperación en el mismo duelo de ayer, pero en Old Trafford.
Una recuperación de Xabi Alonso a los 36 minutos acabó en un pase en profundidad a Villa, que superó en carrera a los centrales, y colocó su disparo con la tranquilidad de un goleador que entra en la historia al convertirse en el único futbolista de España que marca en seis partidos consecutivos.
La fiesta de las gradas se trasladó al césped, donde Iniesta dejó una jugada que valió por el precio de la entrada, incluso de los cien euros que llegaron a pagar ingleses en la reventa. Un pase al hueco con el exterior, con rosca, a un desmarque de Capdevila acabó en remate de Villa en la jugada más bonita del encuentro.
España había demostrado su superioridad y los cambios rebajaron la intensidad de un duelo que tenía poco de amistoso. El toque y la exquisitez española apareció en momentos aislados, pero fue continuo el mando. La sensación de poder pese a que tardó en sentenciar.
La entrada de Lampard y Beckham subieron la intensidad del centro del campo inglés, pero Pepe Reina, que entró en el descanso por Casillas, apenas fue inquietado en un disparo blando de Wright Pillips o un cabezazo de Lampard a veinte minutos del final.
Del Bosque dejó un solo punta y España no chutó a James. El primer remate acabó en la red, cuando el centro medido de Xavi, de falta, lo cabeceó colocado Fernando Llorente a ocho del final. Había sustituido a Fernando Torres, momento en el que Rafa Benítez paró el cronómetro en 64 minutos. España mantiene su inmaculada racha en una noche en la que Del Bosque sumó su séptimo triunfo consecutivo, Villa firmó una página de historia e Inglaterra destrozó las buenas sensaciones dejadas en su triunfo en casa de Alemania. Por algo fue subcampeona de Europa.
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