13/02/09 0:00
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Efe|ROTTERDAM
El tenista mallorquín Rafael Nadal, número uno del tenis mundial, tuvo que recurrir al tercer set para doblegar a su rival de los octavos de final, el búlgaro Grigor Dimitrov, en el Torneo de Rotterdam. Nadal comenzó en esta ocasión mucho más fuerte que en su enfrentamiento ante Simone Botelli y rompió el servicio del búlgaro en el primer juego. Casi sin dar tiempo a que se sentasen todos los espectadores, el jugador manacorí ya había hecho subir al marcador un 2-0 que parecía despejar el camino, pero Grigor Dimitrov supo reaccionar para frenar en cierta medida el vendaval que se le venía encima. No falló con su servicio Rafa Nadal y con el 3-1 comenzó a despegarse de su rival, pero Dimitrov supo aguantar el suyo y, en el octavo juego, Rafael Nadal cometió su primer error al perder el saque y permitir que el búlgaro igualase el partido a cuatro.

A partir de entonces no volvió a cometer nuevos errores y Nadal volvió a romper el servicio de su oponente en el undécimo juego para sentenciar el primer set 7-5 con su saque.

Pero el juego de Nadal evidenció muchas imprecisiones que acabaron aflorando en el segundo set, en el que los primeros juegos resultaron igualados, pero Dimitrov acabó rompiendo el saque de su oponente para acabar venciendo por un claro 6-3 a un Rafa Nadal que cometió errores demasiado evidentes para su categoría.

El tercer y último set comenzó con el saque de Nadal, que como queriendo dejar las cosas claras acosó a su oponente con un potente zurda y acabó adjudicándose el juego en blanco.

Era el momento de romper el ritmo de su rival, muy crecido por la victoria en el segundo set, pero un fallo clamoroso en la tercera bola le otorgó ventaja 40-0 a Dimitrov, que logró el juego con un siguiente saque cuya devolución de Nadal se estrelló en la red.

Ninguno de los dos cedió el saque hasta que en el sexto juego de este tercer set, Rafael Nadal logró romper el saque de su oponente y ahí prácticamente sentenció el partido, aunque en ningún momento lo tuvo fácil el tenista mallorquín, pues aún tuvo que remontar alguna ventaja adversa en su siguiente saque, que le acabó valiendo el 5-2. En el octavo y último juego, Nadal, ahora más efectivo que su oponente en el juego desde el fondo de la pista, acabó rompiendo nuevamente el saque de Dimitrov para hacerse con la victoria final.