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Miquel Alzamora/Tolo Jaume El presidente de la Comunidad de Copropietarios del estadio Lluís Sitjar, Joan Aguiló, y el máximo responsable del Real Mallorca, Mateu Alemany, han acordado reunirse la próxima semana con el fin de reactivar el acuerdo al que ambas partes llegaron el pasado 24 de abril de 2008 y que contemplaba la creación de esta comunidad única. El objetivo de la misma es defender conjuntamente los intereses del Sitjar y negociar el futuro del recinto junto al Ajuntament de Palma.

Desde que hace un año las imágenes de degradación del Sitjar saltaran a los medios y se diese la señal de alarma por la degradación que sufren las instalaciones y por la visitas de 'okupas' en las mismas, copropietarios, club y Cort dieron un pase adelante para buscar una salida consensuada al problema, pero un año después todo sigue igual, el campo continúa degradándose día a día y las imágenes captadas ayer por este periódico hablan por sí solas.

El estadio sigue siendo 'visitado' por amigos de lo ajeno que se han llevado todo lo que tenía un mínimo valor, además de destrozar todos sus interiores. «Llevo ocho candados ya en la puerta. Lo rompen cada dos por tres», relataba ayer Joan Aguiló, presidente de la Comunidad de Copropietarios. Y es que un recinto que ocupa tanto espacio en pleno centro de Palma y que está abandonado es demasiado apetitoso para muchos, que siguen encontrando en sus paredes la posibilidad de dormir, calentarse e incluso tomar sustancias estupefacientes. La suciedad, la falta de higiene y la basura conviven día a día y estos meses las inclemencias climatológicas tan adversas han perjudicado todavía más las instalaciones donde jugó el Real Mallorca. La intención de la Comunidad, constituida ya como único interlocutor válido para negociar con el Ajuntament de Palma es ahora volver a reunirse con la alcaldesa, Aina Calvo, y escuchar las intenciones de Cort respecto al Lluís Sitjar. El club balear debe pagar 30.000 euros anuales en concepto de Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y lo que se pretende es agilizar una situación que sigue enquistada y que da muy mala imagen para la ciudad de Palma y en especial para la zona de 'Es Fortí'. Una de las situaciones que valora la Comunidad de Copropietarios es que Cort se quede con una parte de los 27.000 metros cuadrados y que el resto pueda ser terreno edificable y por lo tanto que el club pueda sacar un beneficio del mismo. Sin embargo, la solución queda todavía muy lejos.