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Fernando Fernández La cuenta atrás hacia la puesta de largo del Mundial 2009 es una realidad, y Jorge Lorenzo encara el tramo más decisivo con las miras puestas en mejorar la cuarta plaza del curso de su debut en la máxima categoría. Tras las tandas de Sepang, la caravana de MotoGP aterriza en el Circuito de Losail, escenario de la primera prueba del curso, para llevar a cabo tres jornadas de entrenamientos nocturnos con los que aclimatarse a las condiciones que se encontrarán pilotos, motos y equipos el próximo 12 de abril, cuando la temporada eche a andar de forma oficial sobre el asfalto qatarí.

Lorenzo y el Fiat Yamaha no pudieron seguir evolucionando en los ajustes de la M1 ni con la adaptación a las gomas Bridgestone, ya que una fuerte tormenta descargó sobre Losail cuando apenas se había desarrollado una hora de entrenamientos, dejando la pista en condiciones poco aconsejables para rodar de noche, más cuando algunas curvas quedaron encharcadas. Eso condicionó las prestaciones del grueso de los pilotos. Lorenzo firmó un crono válido de 2:24.832, el último de los picados. Tras casi cuatro horas de parón por la lluvia, pocos pilotos mejoraron sus tiempos, siendo Nicky Hayden y Marco Melandri los más regulares sobre la pista.

Lorenzo, Rossi y el Fiat Yamaha optaron por reservarse y no salir de nuevo a la pista. De hecho, el portador del 99 en su carenado (Lorenzo) se mostró sorprendido por las condiciones climatológicas que condicionaron la jornada. «No me lo podía creer, parece extraño que llueva en el desierto, y más de esta manera», explicaba Jorge, quien reconocía que el día había sido «una pesadilla para el equipo, lo hemos perdido».

De cara al segundo día de pruebas -hoy-, Lorenzo tiene en su agenda de prioridades seguir evolucionando los Bridgestone y probar el nuevo sistema electrónico, sin dejar de lado la adaptación a las condiciones de visibilidad que definen los tests qataríes y el Gran Premio que tendrá Losail como escenario, una pista cuyo récord posee Jorge (1:53.927).