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Fernando Fernández Casi siete décadas de vida ha necesitado el Joventut Mariana para instalarse entre la aristocracia del baloncesto femenino español. El decano de la canasta mallorquina se ha destapado como la sensación de la Liga Femenina en su puesta de largo, y el premio de la Copa de la Reina es el colofón a la seriedad y el buen hacer de un club y un vestuario limitado de recursos, pero que derrocha ambición por todos los costados. Con la base del equipo del ascenso, Jorge Méndez ha logrado confeccionar una plantilla que ha sabido capear reveses duros como la grave lesión de Gabi Ocete o la marcha de Nieves Llamas -relevada por Paola Ferrari- para seguir, a falta de poco más de un mes, ubicado en las posiciones que dan opción a luchar por el título.

Con el cartel de revelación e ilusión ilimitada, el Mariana llega a Salamanca dispuesto a dinamitar la Copa que recompensa un curso sensacional (13-8) y a licenciarse en la élite. El sueño del club de la Vall no finaliza con su aparición sobre el parqué del Multiusos Sánchez Paraíso de Salamanca. La ambición de Méndez (que regresa a su tierra natal y a la ciudad que le consagró a nivel nacional) y las suyas no tiene límites. Y el cruce de cuartos de final invita a prolongar las buenas sensaciones que destila un equipo que cuenta las horas para debutar en el nuevo Son Angelats y comparece como el mejor visitante de la segunda vuelta.

La Copa más balear de la historia, con Mariana, Alba Torrens, las ibicencas del Puig d'en Valls (que se miden a las anfitrionas) y la menorquina Paula Seguí (San José) en el centro de todas las miradas, ha dispuesto un sorteo bondadoso para las mallorquinas, que en cuartos lograron esquivar a los tres rivales más peligrosos que se les podía plantear (Ros, Perfumerías y Rivas) y toparán (viernes, 16 horas) con el Olesa Espanyol de Lucas Mondelo, al que ya se impusieron en liga, y que es el adversario más parejo que los cuartos presentan.

El debutante podría entrar en los anales de acceder a semifinales, siendo el primero en hacerlo en la historia contemporánea del torneo. Allí, las cosas se complican más si cabe. El ganador del cruce Ros Casares-San José sería su obstáculo, siendo las valencianas, junto a las anfitrionas -Perfumerías Avenida- las grandes favoritas. Soñar es gratis, y el Mariana quiere hacerlo en la gran fiesta del baloncesto femenino español, en la que el Ros (vigente campeón) de Valdemoro, Aguilar o Tornikidou tiene todas las de ganar. Eso sí, las Price, Page, Castillo, Vega, Villaescusa y compañía no quieren ser menos, y llegadas a este punto, no renuncian a nada, sin dejar de lado que en la liga no han dicho la última palabra. Y quién sabe si en la Copa llegará otra alegría.