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Xisco Cruz|MAÓ
El ViveMenorca ha decidido fiarlo todo de nuevo a la épica. Al fin y al cabo, no le ha ido tan mal hasta ahora. Ataviado con las pinturas de guerra que suele utilizar a estas alturas de temporada, el equipo de Imbroda ha empezado a abrazarse a adjetivos que poco tienen que ver con la estrategia. Lejos de sistemas, pizarras o estudios empíricos, el Menorca ha empezado a ondear la bandera de la fe. A lomos de una hinchada que ha recuperado el vigor de antaño, el grupo de Bintaufa sacó ayer el músculo, porque de talento anda justo. Con eso y con la linterna de Jeter le alcanzó para someter al Fuenlabrada, que llegó justo de combustible al final. Oleson, con 78-75 y un tiro abierto en el costado, no fue capaz de castigar los errores de Burtt, y eso le permitió al ViveMenorca volver a colocarse el suero. El ejercicio de supervivencia se inició durante la semana, cuando todos entendieron que había llegado el momento de quitarse la careta de la depresión. El Menorca movió el avispero de la emotividad y de ahí salió un apoyo incontestable al equipo. Luego, Jeter y Stojic hicieron el resto. El base de Los Angeles destripar el partido y el alero de Manheim envolverlo para llevar. Los 25 puntos, 4 asistencias, 4 rebotes, 2 robos y 9 faltas recibidas del director de juego guiaron al ViveMenorca, que siempre le encontró cuando al resto le temblaron las piernas. Stojic puso el alma en cada penetración, y esa ecuación fue suficiente.

Era un Menorca poco reconocible de inicio. Nadie tenía los cromos de Burtt, ni de Sundov. Tampoco de Solsona, más munición para el perímetro. Imbroda ha metido al equipo en la lavadora y lo que ha salido es un vestido casi para estrenar. Con todo, fue Jeter el que anunció que lo añejo todavía sigue vigente en este equipo. Anotó los 6 primeros puntos y las faltas de Valters allanaron el camino. El Fuenlabrada trampeaba gracias a su acierto en el perímetro y a un Ferrán López machacón, y con eso sobrevivió en el primer parcial (18-16). Imbroda tiró de fondo de armario y los exteriores respondieron, con Burtt errático pero enchufado, y Marc acertado. Eso y el rebote de ataque disparó a los isleños, mientras el Alta Gestión veía sus bases desfilar al banco por las faltas (44-35, descanso). Los rescoldos de un esguince de tobillo habían desactivado a Oleson, pero los de Guil encontraron a Valters en el tercer parcial. El joven letón ofreció un clínic de tiro, desnudó a Guzmán y metió a los madrileños en la cita (56-55). Imbroda aguantó lo que pudo, pero con el partido bailando en el alambre metió en la arena a toda su artillería. Un parcial de 8-0 con triples de Burtt y Stojic aplaudió su decisión, pero Valters seguía por ahí. Tres triples, un tapón y el Fuenlabrada de nuevo llamando a la puerta (71-68). Luego, la batería de tiros libres de Burtt y el fallo de Brad Oleson. ¡¡¡Uff!!! (78-75, final).