Luis Aragonés aseguraba que los equipos certifican sus objetivos en los últimos diez partidos de Liga. Hasta esa fecha era momento de situarse y no dejarse ganar mucho terreno. En estas se encuentra el Real Mallorca que ve cómo una temporada de vértigo está entrando en la recta final y definitiva. Doce partidos, seis en Son Moix y otros seis fuera decidirán si el equipo balear se queda en Primera o desciende a Segunda. La salvación está en casa y si bien todavía restan 36 puntos en juego, lo cierto es que cada partido tiene una inevitable 'pinta' de final anticipada.
De los doce encuentros, a día de hoy hay tres contra rivales directos: Getafe en casa y Recreativo y Espanyol fuera. Aunque el escenario puede ir variando a medida que transcurran las jornadas, el conjunto presidido por Mateu Alemany tiene que mostrarse sólido en Palma donde recibirá a Atlético, Almería, Valladolid, Getafe, Barcelona y Villarreal. Salvo el equipo de Guardiola y el de Pellegrini, el resto son asequibles. El Atlético es siempre una incógnita y ante los 'colchoneros' todo es posible. Si la cara que ofrece el equipo es la de la segunda parte ante el Betis hay motivos para el optimismo. En cambio, si el grupo juega como lo hizo en los primeros 45 minutos, entonces la situación se complicará mucho más.
El Mallorca ha tomado impulso estas últimas jornadas situándose tres puntos por encima del descenso, posición que marca el Osasuna con 25. El domingo los baleares se enfrentan al Espanyol, colista de la categoría y cuyos números en Montjuïc esta temporada no pueden ser peores. El conjunto catalán no logra una victoria en el estadio olímpic desde el pasado 2 de noviembre ante Osasuna (1-0) y gracias a un solitario gol de Raúl Tamudo, dato que le convierte en el equipo de Primera División que más tiempo lleva sin ganar en su feudo.
Han pasado más de cuatro meses desde que el equipo entonces dirigido por Bartolomé 'Tintín' Márquez lograse el último triunfo como local. En los últimos siete encuentros que ha disputado en Montjuïc ha sumado cinco derrotas y dos empates. Es el mejor momento para poder dar un golpe de efecto por parte del Mallorca y dejar a otro equipo en la cuneta y a las puertas del descenso a Segunda. Los 'periquitos' junto al Numancia, en caso de perder en su próximo compromiso ante el Racing, pasarían a ser dos de los más claros candidatos a descender. Quedaría una plaza vacante, ahora en poder de Osasuna, y de la que debería huir el Mallorca lo más rápidamente posible.
Los rojillos intentarán a su vez certificar la permanencia antes de los últimos cinco partidos donde consecutivamente se medirán a Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal. No será fácil conseguir la permanencia a falta de ocho partidos para que expire el campeonato, pero a día de hoy esta es la gran cruzada de un Mallorca que quiere encadenar la decimotercera temporada consecutiva en la máxima categoría del fútbol español.
El final de la cuenta atrás empieza el domingo en Montjuïc y termina en apenas algo más de dos meses en Son Moix frente al Villarreal. Doce partidos que valdrán una permanencia. Las palabras de Luis Aragonés deben resonar con fuerza en el vestuario del Mallorca.
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