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C.M.O. La etapa de Vicenç Grande en el Real Mallorca es historia. El 'grandismo' ha desaparecido de un plumazo en el seno de una entidad que desde el primer día ha optado por pasar página y enterrar el triste final del promotor inmobiliario al frente de la SAD balear. El regreso de Mateu Alemany a la poltrona no sólo ha pacificado a la masa social, sino que también ha provocado una bocanada de aire fresco en el decorado del club.

Las paredes de la planta noble, que antaño aparecían cargadas de retratos de Vicenç Grande -el ex presidente enmarcaba las páginas de periódicos que contenían la palabra Grande en el titular-, aparecen ahora despejadas y no figura ni un resquicio del pasado. Las fotografías y los recortes de Grande han sido sustituidos por otros cuadros, algunos de ellos de tinte marítimo. En la sala de juntas de Son Moix, lugar que suele albergar las reuniones del consejo de administración, apenas se distinguen imágenes deportivas, aunque sí que figuran algunos de los momentos cumbres en la historia de la entidad, como el recibimiento que la afición le tributó al equipo tras conquistar la Copa del Rey, en junio de 2003, en Elche ante el Recreativo de Huelva.

El tema decorativo ha sido una de las cuestiones que más tiempo dedicó Vicenç Grande durante su etapa en la entidad. El ex presidente se hartó de repoblar las paredes de la planta noble de algunos de los triunfos más sonados del equipo exclusivamente durante el trienio que él controló el bastón de mando de la entidad.

Para Grande, la época anterior a su llegada a la entidad no existía. O al menos no tenía ese reflejo. Además, él fue quien se encargó de retirar las fotos de Miquel Angel Nadal o Paco Soler, a quien el antiguo mandatario consideraba que habían traicionado a la entidad.

Alemany, además de restaurar las relaciones con ex jugadores que marcaron una época en la historia del club, también ha retirado del estadio de Son Moix otras obras que Vicenç Grande había impuesto o en las que aparecía representado.

Con la llegada de los nuevos gestores se ha oxigenado la planta noble de una entidad que ahora le concede importancia a los éxitos colectivos de la entidad en toda su historia y no personificar los triunfos en el presidente de turno.