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Carlos Montes de Oca

Después de un fin de semana aciago, que arrancó con la derrota en San Mamés y concluyó con una jornada dañina, el Mallorca se despertó ayer con una buena noticia. Las pruebas complementarias realizadas a Dudu Aouate confirmaron el pronóstico inicial -de 8 a 10 días de baja por su lesión fibrilar en el aductor mediano de su muslo derecho- y abrieron una puerta a la esperanza. De hecho, el club apurará todo lo posible para que el israelí esté en condiciones de jugar el próximo domingo ante el Almería en el ONO Estadi. No está descartado, pero hasta el viernes no se resolverá la incógnita. Está previsto que ese día se incorpore a los entrenamientos y será entonces cuando el doctor Munar le comunique a Gregorio Manzano su dictamen definitivo. Entonces, se tomará la decisión más esperada.

Si hay algún riesgo de recaída, una circunstancia que podría prolongar algunas semanas el periodo de recuperación, Dudu seguirá de baja y Germán Lux se situará bajo los palos. Si ha respondido bien al tratamiento de fisioterapia, combinado con un reposo absoluto, que está recibiendo desde el domingo para bajar la inflamación, Aoaute será titular y el argentino permanecerá en el banquillo.

La lesión del meta israelí se ha convertido en una cuestión de estado. La preocupación se ha extendido desde el vestuario del entrenador en la Ciudad Deportiva hasta la planta noble. Las molestias de Dudu han provocado una oleada alarmista en el mallorquinismo. La seguridad que ha transmitido el portero israelí al sistema defensivo desde su incorporación a la caseta en el mercado invernal contrasta con el infortunio que parece perseguir a su teórico sustituto cada vez que defiende la meta isleña. Aouate presenta una tarjeta notable, con un gol encajado cada 70 minutos y el Mallorca ha encadenado su mejor racha del curso -siete jornadas sin perder- con él bajo los palos. Lux, por su parte, firma unos números sangrantes. Recibe prácticamente dos goles por encuentro y sólo ha celebrado un triunfo liguero en las casi dos campañas que lleva en la Isla. Anímicamente, esas estadísticas han mermado la moral de un portero que parece estar marcado por la mala suerte desde su llegada. Atrás parece quedar su etapa como indiscutible en River Plate, internacional argentino o campeón olímpico. La lesión de Moyà a comienzos de noviembre le abrió las puertas de la titularidad, pero algunos fallos individuales (en casa frente al Athletic o en Valladolid) le marcaron y empujaron a la dirección deportiva a reforzar la meta con la incorporación de Dudu Aouate, fichado del Deportivo de La Coruña.

Con el hebreo, el Mallorca recuperó sus prestaciones defensivas y taponó su hemorragia. Curiosamente, en las dos únicas derrotas sufridas por el equipo isleño en la segunda vuelta (Osasuna y Athletic) Aouate se retiró antes de tiempo, entregándole el testigo a Lux.