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El Bàsquet Mallorca plantó cara, pero no fue suficiente como para conseguir una victoria de calidad frente a un Leche Río Breogán que exhibió su solvencia con el paso de los minutos para llevarse el triunfo de un Palau que no pudo festejar con una victoria la permanencia en la LEB Oro (80-92). Los de Xavi Sastre plantaron cara en todo momento, y Carles Biviá destapó lo mejor de su repertorio para intentar igualar el potencial del conjunto de Valdeolmillos, sorprendido por el espectacular arranque de los mallorquines, que se ponían por delante (8-4) y marcaban distancias respecto a los lucenses.

Biviá se encargó de mantener en el partido al Mallorca a lo largo del primer cuarto, pero la clase de Ordín y la potente rotación del Breogán acabaron por imponerse en el primer tramo del choque (17-24), que dejaba claras las intenciones del conjunto visitante, que pisó el acelerador en el arranque del segundo cuarto, llegándose a poner diez arriba (22-32). Cusworth empezó a imponerse y Blair no tenía su día, lo que fue un hándicap añadido para el Mallorca, que pese a todo, volvió a apelar al orgullo para intentar levantar el partido. Así, los de Xavi Sastre igualaron la contienda (39-39).

Empuje
Al tiempo de descanso, el Mallorca llegaba con todo por decidir (41-43), pero las cosas apenas cambiaron en el tercer cuarto. Se fue enseguida el Breogán (43-49), pero dos triples consecutivos de Biviá equilibraron la contienda. Desde ese punto, el Mallorca decidió que podía ganar el choque y se puso las pilas para intentar dar la campanada ante un adversario superior sobre el papel, pero que lo pasó mal en algunas fases. De esta manera, el Mallorca lograba ponerse cuatro arriba (62-58) y la escuadra dirigida por Xavi Sastre daba un golpe de efecto en el luminoso.

Parecía que las cosas podían cambiar, y que la victoria podría quedarse en el Palau, pero el paso de los minutos acabó por situar a Mallorca y Breogán en su lugar. Con Biviá no le bastaba al equipo naranja, que acusó la calidad de su rival para ceder terreno. El mallorquín Corbacho y compañía se activaron de nuevo para dar un golpe practicamente definitivo a la cita.

El 63-65 con el que se abría el cuarto y definitivo parcial fue un espejismo, ya que la recta final permitiría a los gallegos hacer buena la lógica y dejar resuelto el partido. El Mallorca se atascó y la acumulación de minutos fue un enemigo añadido ante un rival que muestra una rotación más potente.

Un parcial definitivo de 17-27 acabó con las ilusiones de un Bàsquet Mallorca que sigue instalado lejos de la zona de descenso, pero que demostró que va a dar la cara hasta el último suspiro de la temporada regular, a cuyo tramo final llegan con el objetivo conseguido.