TW
0

Juan Arango sigue estando ahí. Da igual que se pase medio curso en el anonimato o que sus números de esta temporada sean los más enclenques de su extensa hoja de servicios. El venezolano siempre acaba emergiendo. Y aunque su estilo nunca genera indiferencia, sus apariciones coinciden con los puntos más conflictivos del calendario, con los momentos de máximo riesgo. Para no perder la costumbre, el de Maracay ha decidido aplicarse y en el último mes y medio su rifle de precisión ya se ha cobrado tres víctimas (Sporting, espanyol y Málaga). Él mismo reconoce que los números aún no cuadran, aunque nadie puede discutirle la etiqueta de francotirador más letal de la Liga.

Su última obra de arte la expuso en La Rosaleda. El Mallorca era muy superior al Málaga, pero acababa de recibir un manotazo de Apoño en la frente y tenía que arreglarlo. En pleno estado de shock, Mateu Lahoz detectó una infracción a las puertas del área de Goitia y la afición malagueña enfureció. Más que nada, porque sabían a lo que se enfrentaban. Nueves minutos antes, en torno a unas coordenadas muy similares, el venezolano ya había forzado la intervención del guardameta de Barakaldo para evitar el primer tanto de la velada. Todo acabó en un saque de esquina, pero el público andaluz seguía sin olvidar el susto. Arango colocó el balón en silencio, adaptándose fielmente al manual que sigue en este tipo de casos, y cuando Goitia quiso interceptarlo, comprobó que había agujereado su marco junto a la cepa del palo izquierdo. Otro tanto con olor a permanencia.

Arango ha descendido un peldaño esta temporada, pero el Mallorca ha llegado a recuperarlo. Habituado a liderar el juego ofensivo del grupo de principio a fin, el internacional vinotinto tardó diez jornadas en estrenar su cuenta corriente (9 de noviembre, dos goles ante el Athletic) y se pasó después más de tres meses en blanco. Concretamente, hasta que los rojillos pisaron la hierba de El Molinón (1 de marzo). Aupó al equipo con otra de sus maravillas y repitió dos semanas más tarde en Montjuïc. Antes de todo eso, había solventado una tortuosa eliminatoria de Copa ante el Almería y después, acribilló a la selección colombiana en un partido de clasificación para el Mundial de Sudáfrica. En total, ha convertido en oro cinco de los libres directos que se ha ido encontrando durante los 40 partidos oficiales (34 con el Mallorca y 6 con Venezuela) que contabiliza desde finales de agosto. Suma y sigue.