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Andrés Merello|BARCELONA
Un gol de cabeza del delantero uruguayo Iván Alonso permitió al Espanyol sumar una victoria tan importante como sufrida y trabajada ante un Racing de Santander que sólo reaccionó en los minutos finales y que pagó cara su poca osadía atacante.

El equipo de Mauricio Pochettino salió con intensidad y ganas y eso le permitió ser el gran protagonista de la contienda. El Racing, en cambio, se conformó con balones en largo para Zigic y algún destello del incombustible Munitis y de Pereira. La buena predisposición y el interés del Espanyol no se vio premiado porque, una jornada más, los delanteros del equipo catalán anduvieron negados de cara a puerta. Tamudo, que lleva desde noviembre sin marcar en Liga, fue el claro ejemplo al malograr un mano a mano con Coltorti.

El partido no fue vibrante en la segunda mitad. Al Espanyol se le vio más atenazado, pero el Racing, incomprensiblemente, no supo jugar con esa ansiedad de los locales. El miedo se fue apoderando de los hombres de Pochettino, conscientes de que los tres puntos eran obligatorios.

Hubo más desacierto que tino por partes de ambos contendientes. Al Espanyol se le iba apagando la luz hasta que apareció la cabeza de Iván Alonso. Los de Pochettino, después de mucho tiempo, volvieron a hacer buen uso de la estrategia.

El Racing agradeció un retoque tácticoy el Espanyol pareció dar por buena la ventaja mínima en el marcador y apuró los minutos finales. Los de Muñiz comenzaron a colgar balones al área de forma desesperada. Cada centro encogía el corazón de los aficionados locales, que finalmente pudieron esbozar una pequeña sonrisa con los tres puntos.