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El Mallorca no para. Sin tiempo para repasar la última función de La Rosaleda, la plantilla isleña volvió a arremangarse ayer en Son Bibiloni para planificar otra semana imprescindible en su cuaderno de ruta. En plena ascensión y con la permanencia dejándose ver al fondo del pasillo, a los de Manzano les aguarda un final de mes cargado de dinamita. El jueves (22.00 horas) pasará por la caja del ONO Estadi el Valladolid y el domingo (17.00 horas) los baleares visitarán el barracón del Recreativo. Entre ambos encuentros se esconde la posibilidad de echarle el lazo a la salvación, pero también la última zona llana del calendario. En mayo sólo habrá sitio para el Getafe y los cuatro grandes.

Los números de la jornada y las perspectivas a corto plazo han impermeabilizado aún más al vestuario. Además, el técnico afrontará los dos partidos con toda el ejército a punto. Jurado y Aduriz, que se perdieron la incursión en Málaga para cumplir un partido de sanción, volverán a ponerse de inmediato al servicio del grupo y eso, sobre el papel, debería amplificar las prestaciones del Mallorca.

En el primero de sus compromisos, el conjunto bermellón se encontrará con un Valladolid sin preocupaciones que viajará a Palma con la única de intención de mantener vivo hasta el final el sueño de pujar por alguna de las plazas con vistas a Europea. Los de Son Moix, por su parte, buscarán de nuevo el calor de su hinchada para amasar una victoria que elevaría a 39 puntos el botín mallorquinista. En cambio, el partido que abrochará la semana será mucho más áspero. Por razones obvias. El Recreativo es ahora mismo el equipo que marca la caída al precipio y se presentará al choque justo después de bajar el Everest. Será una de sus últimas balas.

Al margen de los compromisos mallorquinistas, toda la Primera División estará expuesta a los peligros del calendario. En la jornada intersemanal, el drama de la permanencia se concentrará en dos encuentros: el Numancia-Athletic (martes, 21.00 horas) y, sobre todo, el Sporting-Espanyol (jueves, 20.00 horas). El resto de afectados por el seísmo que sacude a la zona baja mostrarán su candidatura ante rivales de diferente talla y cuando la Liga se reanude durante el fin de semana el paisaje puede ser ya muy distinto. Sobre todo para algunos. El campeonato se adentra en su fase decisiva y si a alguien le tiembla el pulso o no sabe gestionar la presión, seguramente acabará en el fondo del barranco.