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Miquel Alzamora La carrera futbolística de un profesional está plagada de buenos y malos momentos, de partidos inolvidables y de otros que no pueden llegar a disfrutarse por culpa de existir 'daños colaterales'. El mallorquín Arnau Caldentey Riera (Manacor, 1981), que milita en el equipo escocés del Falkirk, no podrá jugar el próximo 30 de mayo la final de la Copa de Escocia frente al Glasgow por acomulación de amonestaciones. «He jugado toda la fase previa y en una acción de fútbol, caí al borde del área y el árbitro interpretó que fingía. Vi tarjeta y después de jugar toda la fase previa me pierdo la final, es una lástima, pero no puedo hacer nada», comentaba ayer el futbolista de Manacor. Esta partido es similar a la final de la Copa del Rey en España, se juega en el Hampden Park y el precio de las entradas está ya sobre los 360 euros. El estadio tiene una capacidad de 55.000 espectadores, 12.000 serán del equipo de Arnau, el resto serán hinchas del Glasgow. «En la grada habrá una clara desventaja, sobre el campo nunca se sabe, pero la realidad es que no será nada fácil», indica el mallorquín. Arnau se inició en las categorías inferiores del Manacor, de ahí pasó al Mallorca, Ferriolense, Mataró "ya en Segunda B", Barcelona B, llegó a jugar con el primer equipo, con el que realizó una pretemporada" y en 2007 se fue al Sunderland de la Premier. Este equipo lo ha cedido estas dos últimas temporadas al Falkirk, donde se ha convertido en un futbolista importante. Juega de pivote defensivo y hasta que no termine la liga no decidirá qué hace con su futuro. «Termino contrato y no quiero hablar de futuro hasta que acabe la Liga», declara el futbolista.

Lo cierto es que parado no estará. Tanto equipos de la Premier, como también de Escocia, España, Grecia y Francia han seguido la evolución del futbolista que ha madurado personal y profesionalmente convitiéndose en un jugador solvente, fuerte y con mucho carácter. «Estar fuera te ayuda a crecer en todos los sentidos. Vine para esto y estoy muy agradecido a este club que me ha permitido seguir creciendo y mejorando», relataba el futbolista mallorquín.

La Liga al conjunto de Arnau no le ha ido demasiado bien. Es colista, pero sigue con opciones de intentar mantener la categoría. Sin embargo, el mallorquín seguramente cambiará de aires porque ofrecimientos no le faltan. «Hace tres años cuando llegué había días que cuando eran las tres de la tarde pensaba en coger un avión y volver a Mallorca. Ahora ya estoy adaptado y no me arrepiento del paso que di». Su posible despedida no podrá ser en la final soñada.