Como hace un año, cuando empató sin goles ante el Manchester United en el Camp Nou, en las semifinales de la Liga de Campeones, el Barca repitió resultado ayer ante el Chelsea (0-0), en un partido en el que los de Pep Guardiola merecieron mejor suerte ante un ultradefensivo equipo londinense.
Al Barca le faltó más puntería que intención. Tuvo sus opciones, curiosamente cuando el partido agonizaba y se había convertido en un continuo ida y vuelta, algo que no quería Guardiola. A los puntos, ganó el conjunto azulgrana, que en los minutos finales tuvo tres grandes ocasiones, de Bojan, Hleb y de Alves para desequilibrar el partido, pero no acertaron y se quedaron sin marcar en casa un año después, la anterior ocasión fue precisamente ese partido ante el Manchester United.
El guión del partido no admitió dudas desde el primer minuto. Fútbol primitivo frente a creatividad. Balonazos de Cech, que fue el jugador del Chelsea que prácticamente más tocó la pelota, como recurso para crear juego.
Balones a la cabeza de Drogba desde 80 metros, un fútbol miedoso, el alegre estilo de Guus Hiddink se quedó en el olvido, temeroso seguramente por los vídeos, los que vio con las exhibiciones frente al Olympique de Lyon o el Bayern de Múnich.
El Barça buscó con ahínco la banda derecha, las combinaciones entre Messi y Alves, pero ni el brasileño ni el argentino se encontraron cómodos, maniatados entre Malouda, Obi Mikel y Bosingwa. Por eso, Guardiola activó alguna otra solución, cómo buscar los apoyos de Etoo en la medular o el juego por la banda izquierda, con la superioridad de Henry ante Ivanovic.
Con sólo un equipo sobre el terreno de juego, el Barca precisaba pausa, mucha paciencia. Sin que los múltiples recursos funcionaran, Andrés Iniesta fue el más clarividente. Pase y toque, un corto eslalon y un pase interior, pero no había manera.
En el inicio de la segunda se acumularon las malas noticias para el Barca. Ballack estuvo en un tris de marcar, después de un saque de falta de Drogba (m.47), en la única aproximación de su equipo en este periodo. Los azulgrana perdieron ritmo de juego, en un cuarto de hora del segundo tiempo, apenas había creado nada. Hasta que apareció Messi, que decidió tener más protagonismo, y remató por encima de Cech, quien acertó después de un remate del hiperactivo Dani Alves (m.62).
El lateral disparó por encima de la meta inglesa en un lanzamiento de falta (m.68) y Eto'o, que no tuvo su día, tuvo el 1-0, después de superar a Terry y Alex en una carrera larga, pero no acertar en el remate final ante Cech (m.69), quien fue ganando enteros con el paso de los minutos. Derrrengado, agotado, el equipo de Guardiola buscó soluciones con la entrada de Bojan y Hleb por Etoo y Henry. El pequeño delantero del Barca la tuvo en un remate de cabeza, sin oposición y en el primer minuto del tiempo añadido, también Hleb, en el 92, pero hoy no era el día de los azulgrana.
El equipo catalán hacía 364 días que no finalizaba un partido en el Camp Nou sin marcar, el último es un mal precedente. Un 0-0 frente al Manchester United en la ida y el tanto de Scholes en Old Trafford dejó después al Barca sin final. ¿Déja vu azulgrana?
El central Rafa Márquez se pierde lo que resta de temporada al sufrir una rotura de menisco externo de la rodilla izquierda. La lesión se la produjo él solo en un mal giro de la rodilla a los cinco minutos de la segunda parte.
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