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XISCO CRUZ (ENVIADO ESPECIAL A MADRID)

El triunfo ante el Bruesa había engordado el sueño. Pero en la historia que el Menorca había redactado a principio de temporada nunca aparecía que la permanencia se fuera a jugar en Madrid. Era previsible lo que sucedió ayer, que el equipo de Imbroda perdiera en Vistalegre, el fin de trayecto de cuatro años en la ACB. El ViveMenorca ha tirado la categoría en otros muchos partidos y ante el grupo de Plaza sólo hizo que firmar su defunción. Lo hizo tras una primer cuarto lamentable, que le acabó condenando al fracaso pese a los arreones emotivos del final. Ahora en Bintaufa sueñan con alcanzar la penúltima posición, la última puerta abierta para el milagro. Deberá ganar al Cajasol y esperar un error del CAI ante el Murcia. Difícil.

El Madrid tardó un pestañeo en abrir la cicatriz del Menorca. El tiempo que tardó Hervelle en encadenar un triple y un par de transiciones. Los de Bintaufa sufrían mucho en el ataque estático y la tercera falta de Stojic lo complicó todo (17-9). Además, los árbitros se cebaron con el Menorca -no le pitaron ninguna falta en 8 minutos y castigaron a Imbroda con una técnica- y la función empezó a ser un monólogo (30-15, primer cuarto). El ataque balear era una secuencia de errores. Además, los de Plaza corrían a poco que podían, amparados en la defensa de papel isleña. Con la boca del partido abierta, los blancos tiraron de fondo de armario y el Menorca respiró aliviado. Los árbitros cambiaron la tendencia e Ivanov frenó la sangría desde el tiro libre. Imbroda cavó una trinchera con una zona 2-3, pero los problemas eran en ataque. No había noticias de Bazdaric, ni de Stojic, ni de Jeter, y el duelo empezaba a filtrarse por el sumidero (43-25). Stojic cometía la cuarta y el partido tenía pinta de acabarse, pese al 0-9 que despidió el período (45-34, descanso).

Imbroda prolongó en el tercer cuarto la zona y la apuesta por los dos bases y el ViveMenorca tuvo mejor aspecto. Un par de triples le devolvieron al encuentro, entre otras cosas, porque el Madrid se había destensado (50-44). Pero el grupo de Joan Plaza se enchufó a Reyes y el escenario volvió a ser el mismo (61-46). Hasta que Bazdaric descargó su ira y lideró un parcial de 0-9 que alimentó el sueño (61-55, tercer cuarto). Stojic falló un tiro cómodo y ahí se acabó todo. Mario seguía acumulando manchas en el expediente y sólo Bazdaric creía en que era posible ganar. No bastó (76-67, final).