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Efe|BERLÍN
El Barcelona vio cerrado su acceso a la final de la Euroliga ante el vigente campeón de Europa, el CSKA de Moscú, magistralmente sostenido por Siskauskas, verdugo azulgrana y máximo anotador del partido, con 29 puntos. El Barcelona gobernó en el marcador durante más de media hora, pero se vino abajo en el momento más decisivo del partido. No encontró argumentos para frenar el extraordinario rendimiento de Siskauskas, al timón de un CSKA rebajado, pero con una impresionante capacidad competitiva. El equipo ruso jugará su cuarta final consecutiva a costa del Barça, nuevamente eliminado en su décima aparición en una Final Four.

Aunque compitió con solvencia, el Barça acabó condenado por su falta de experiencia y el acierto de Siskauskas en el último cuarto. Hasta entonces, el equipo de Xavi Pascual había mandado. Cuando su sistema defensivo comenzó a flaquear, el CSKA comenzó a ganar el partido psicológico. El CSKA se puso por delante en el minuto 34 (61-62) con un triple de Siskauskas. No volvería a verse por debajo. El lituano anotó tres triples consecutivos en un parcial asombroso, 0-11. Basile y Navarro, con sendos triples, apuraron las opciones del Barca (69-72, min. 38). Demasiado tarde. El CSKA se maneja bien en las distancias cortas y apenas sufrió para meterse en la final.