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Miquel Alzamora Miquel Àngel Moyà volvió ayer a situarse en la tarima de oradores ante los periodistas que habitualmente siguen el día a día del Real Mallorca. La inédita norma del club de impedir a los jugadores lesionados mantener un normal contacto con los medios en ocasiones se vuelve en contra. Sobre todo, cuando se dejan asuntos pendientes por solucionar o por tratar. Ayer sucedió, principalmente porque el tiempo puede ir pasando, pero no el olvido y el de Binissalem no ha olvidado lo que sucedió el verano pasado cuando el club 'vetó' su traspaso al Valencia cuando éste equipo ofrecía ocho millones de euros.

Ha pasado el tiempo, pero afortunadamente el portero ha vuelto a la primera línea de la información y con él, también de forma inevitable, se reabre su caso. «Conmigo se actuó de forma incoherente», dijo el portero. Sin levantar la voz, incluso sin mostrar rencor, pero haciendo un claro ejercicio de retrospección y, sobre todo, dando a entender que él no olvida. Era la oportunidad de su vida y además se trataba del segundo mayor traspaso de un portero en España. Reyna tiene el récord con 12 millones del Villarreal al Liverpool.

Ahora inevitablemente vuelve a hablarse de Moyà. Pese a permanecer casi inédito esta temporada, el de Binissalem es uno de los mejores guardametas de España, joven y con tablas suficientes para colocarse bajo los palos de cualquier equipo, grande o menos grande. Otra vez tiene la pelota en su tejado el Mallorca. «De momento hay que esperar y veremos qué pasa», comentó respecto al largo verano futbolístico que se presenta. ¿Se obrará en esta ocasión con coherencia?