Mateu Alemany reconoció tras el encuentro que al Mallorca le había faltado la tensión de la que había presumido durante la segunda vuelta. Según el presidente bermellón, los jugadores del Sevilla aprovecharon la relajación de los isleños y se llevaron merecidamente un triunfo que acerca a los andaluces a la próxima edición de la Liga de Campeones. «Si no existe ese punto diferencial de tensión y la exigencia no es tan alta, no se puede mantener el nivel de otras jornadas», explicaba el mandatario.
«El equipo ha empezado muy bien el partido y hemos llegado incluso a rozar la posibilidad de ponernos 0-2», subrayaba Alemany al analizar la película del partido. «Pero ellos después nos han apretado muchísimo y es lógico, porque son un gran equipo y se estaban jugando la Champions. Ha sido el encuentro previsto al principio. Este partido con 35 puntos hubiera sido distinto, pero hay situaciones que hay que entender. El equipo ha corrido, pero faltaba esa tensión de cuando te juegas los puntos vitales. Es normal, ha pasado también en el entorno y en la propia prensa. Me parece algo lógico», añadía el dirigente rojillo.
Alemany se refirió además a la situación de Gregorio Manzano, del que se había especulado durante la semana que podría fichar por el Sevilla de cara a la próxima temporada. «Tiene un año más de contrato. yo he hablado con él y me ha dicho que no hay absolutamente nada. Creo que es un tema al que no tenemos que darle importancia», apuntó.
Con respecto al proceso de venta del club, Alemany fue tajante: «Seguimos trabajando en el ámbito deportivo, económico e institucional. Las acciones del club están a la venta y esperamos encontrar al comprador adecuado, un propietario sólido que garantice el futuro de la entidad. Hasta entonces seguiremos trabajando en todos los campos y tomaremos las decisiones que haya que tomar».
Entre la plantilla, el protagonista del discurso más ácido fue Aritz Aduriz. Cuestionado acerca de la actitud que mostró hacia él el colegiado vasco Pérez Lasa, el delantero desveló un detalle importante: «Es algo que viene de atrás, pero prefiero no comentarlo porque tampoco quiero que el asunto vaya a peor. Parece que tiene algo pendiete conmigo», confesaba el donostiarra.
Aduriz, que con el gol que le marcó a Palop ha superado ya su mejor marca en Primera División, subrayó que se marcaba del campo «contento por el tanto, pero triste por el resultado». «Hemos empezado bien, pero ellos nos han superado. Si robas el balón y después lo pierdes es muy complicado».
Uno de los grandes protagonistas de la tarde fue Pep Lluís Martí. El palmesano, que capitaneó hasta hace muy poco al mejor Sevilla de la historia, recibió un cálido homenaje por parte del club andaluz, pero tuvo que retirarse del campo en el primer tiempo después de sufrir un fuerte golpe. «No ha sido nada. En principio parecía una fisura y me dolía mucho la costilla, pero me marcho mucho más tranquilo. No es nada serio, ahora sólo se trata de tener paciencia». Martí le hizo además un último guiño a la afición y a la entidad hispalense: «Han estado siempre a mi lado y se han portado de lujo».
Mario Suárez, por su parte, insistió en que el Mallorca seguirá dándolo todo en los tres encuentros que restan para cerrar la Liga: «Lo que nos queda por delante es complicado, pero vamos a ir siempre a por los tres puntos. Ya no tenemos nada que perder y debemos aprovecharlo».
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