El presidente Vicenç Grande conversa con el director deportivo Nando Pons.

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A. Orfila / C. Montes de Oca / M. Alzamora

En plena crisis económica, cuando al exterior se transmitía una política de austeridad, Vicenç Grande repartió primas millonarias a varios ejecutivos y asalariados del Real Mallorca. Ésta es la principal conclusión que se puede extraer de la auditoría que el presidente Mateu Alemany dará a conocer hoy al consejo de administración.

El director deportivo Nando Pons y los empleados Antoni Planas, Tatxa, y Pep Calvo (ver página 40) fueron recompensados con importantes gratificaciones, mientras que a otros trabajadores de la entidad se les revisó sus contratos al alza. Estos regalos se concedieron posteriormente a que el dueño del Grup Drac presentara concurso voluntario de acreedores.

El caso más llamativo afecta a Nando Pons. El director deportivo cobró una gratificación de 600.000 euros netos como prima por la venta de los mejores futbolistas del Real Mallorca (Dani Güiza, Fernando Navarro, Borja Valero y Ariel Ibagaza) el pasado verano.

Al parecer, según las fuentes consultadas por esta redacción, Grande y Pons alcanzaron un acuerdo en abril del pasado año, cuando el presidente renovó a su director deportivo hasta 2014, por el cual establecieron una serie de compromisos, destacando los incentivos extras en función de los traspasos.

El pasado verano, la entidad ingresó cerca de 30 millones de euros por las ventas de sus futbolistas más cotizados y el propietario premió su trabajo con una gratificación extra.

Los últimos meses de Vicenç Grande al frente de la entidad estuvieron marcados por una espiral de gastos incontrolados. Se mejoraron los sueldos y contratos de empleados y ejecutivos sin demasiada justificación. Además, la falta de rigor en la gestión económica desembocó en el pago de comisiones desorbitadas y porcentualmente exageradas.

Por ejemplo, por el guardameta israelí Dudu Aouate, el único fichaje mallorquinista en el mercado invernal, el club balear acordó el pago de comisiones superiores al medio millón de euros, cifras desorbitadas teniendo en cuenta que el precio del traspaso acordado con el Deportivo por el portero fue de 800.000 euros.