Nadal, que hoy se las verá con el madrileño a las 20.00 por tercera vez este año, señaló que le hubiera gustado jugar porque corre el riesgo de competir sin el ritmo, ni el nivel necesarios. «Ganar sin jugar nunca es malo», dijo Nadal, «pero puede ser que de cara al partido me perjudique, por falta de ritmo».
«La altitud de Madrid hay que aceptarla y jugar con lo que hay, hace que la bola se vaya más veces fuera de la pista. Llevo tres títulos seguidos, y si pierdo no será una catástrofe, ni voy a decir que ha sido por culpa de la altura. Voy a llegar a París con la máxima confianza para conseguir un buen resultado», añadió.
El problema de Nadal es hoy Verdasco. El de Manacor recordó el espléndido duelo de las semifinales del Abierto de Australia, y también el de Roma hace una semana. «Está claro que está acostumbrado a jugar en altura pero ya veremos que pasa. Está jugando muy bien. Después del partido de Australia sólo tengo la referencia de la semana pasada», dijo.
La jornada de ayer estuvo marcada por las retiradas de Kohlschreiber y Nikolay Davydenko. Esas bajas favorecieron a Nadal, y a Andy Roddick que avanzaron ronda sin jugar.
Los cuartos ofrecen lo mejor del año en un Masters 1000. Los siete primeros cabezas de serie han hecho honor a su condición. Sólo falta Gilles Simon, que cedió ante Ivan Ljubicic por 3-6, 6-4 y 6-4. El croata se enfrentará con Djokovic, Juan Martín del Potro contra Murray y Andy Roddick, contra Federer, que sentenció a James Blake por 6-2 y 6-4; Del Potro a Wawrinka, por 4-6, 6-4 y 6-4; Murray a Tommy Robredo, 7-5 y 6-1, y Djokovic a Seppi 6-4 y 6-4.
Por otra parte, Nuria Llagostera y María José Martínez se despidieron del torneo de dobles al caer en cuartos ante la pareja Black-Huber por un doble 6-4.
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