Llorenç Serra Ferrer posa para este periódico en s'Olivaret.

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Carlos Montes de Oca / Carlos Román

El Real Mallorca se adentra en una fase decisiva para su futuro. A menos de 48 horas para cerrar el terreno de juego, por las entrañas del club recorre una sensación de incertidumbre sobre el destino que divisa la entidad balear. Sobre la mesa no hay ninguna oferta formal, aunque todos los focos apuntan al interés mostrado por un grupo de empresarios mallorquines con el técnico Llorenç Serra Ferrer como cabeza visible.

Aunque el proyecto se encuentra todavía en su fase primigenia, que en principio debe madurar en las próximas horas una vez que el grupo interesado escrute la situación financiera de la SAD balear y haga números, el entrenador de sa Pobla ya ha trazado en su disco duro las líneas maestras de su plan por si las conversaciones fructifican.

De momento, varios nombres figuran en el boceto de futuro: Pere Terrassa, Miquel Àngel Nadal y Toni Prats. Tres piezas básicas en el organigrama que comienza a diseñar el entrenador isleño. Pero antes de que Serra mueva ficha, los analistas de los potenciales compradores deben revisar los números.

El presidente Mateu Alemany, que anteayer calificó de «buena noticia» el interés mostrado por este grupo de empresarios mallorquines, se ha comprometido a facilitarle toda la información relacionada con el estado del club para que ésta sea analizada en profundidad.

Consciente de las dificultades que plantea la operación en una situación de crisis mundial, Serra Ferrer, que asumiría las funciones de mánager general, siendo el máximo responsable del área deportiva, se muestra cauto, aunque no está de brazos cruzados. Es por ello que en su libro de ruta aparecen los primeros nombres.

Pere Terrassa, que regresó al consejo de administración el pasado mes de enero de la mano de Mateu Alemany, sería el hombre escogido para mandar en la parcela económica de la entidad. Miquel Àngel Nadal, que también retornó al club balear con el actual presidente como miembro del Consejo Asesor, asumiría un cargo de relevancia institucional dentro del organigrama, como un embajador del club. Toni Prats, al que Serra Ferrer dirigió en el Mallorca y en el Betis, también subiría peldaños en el escalafón. El actual jefe de expedición podría desempeñar funciones de mayor rango, sobre todo en lo que hace referencia a las categorías inferiores.

En principio, Alemany y Serra Ferrer tienen previsto reunirse para dar un nuevo paso al frente y examinar los detalles más relevantes de la operación.

El tratado de intenciones de este grupo de empresarios vinculados al sector turístico, entre el que también destaca el ex conseller de Turisme Jaume Cladera, se basa en una serie de puntos muy concretos.

El colectivo interesado en asumir el control accionarial de la SAD pretende aplicar un plan de viabilidad y, al mismo tiempo, establecer un modelo de autogestión que impida que el Mallorca vuelva a vivir por encima de sus posibilidades. Las próximas horas se antojan determinantes para despejar las incógnitas que rodean el futuro de la entidad.