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El Real Mallorca escribirá mañana una nueva página en sus libros de historia. El presidente Mateu Alemany ejecutará la opción de compra sobre las acciones que controlaba la familia Grande, por valor de 1'5 millones de euros, y se convertirá en el propietario del 93% de las acciones de la SAD balear. Alemany, que ha renunciado a solicitar apoyo económico a sus consejeros, asumirá personalmente la transacción de los títulos gracias al préstamo concedido por Bancaja, que ha aceptado la casa del presidente como garantía. Sin embargo, será una compra con fecha de caducidad porque el mandatario isleño compra...pero la entidad permanece con el cartel de Se Vende colgado en la fachada de Son Moix.

El traspaso de poderes, que deberá producirse mañana al mediodía en la notaría Herrán-Delgado, no cierra la puerta a una posible venta más allá del 30-J. La compra del club por parte de Alemany prenderá la mecha a una nueva era y se activará el plan B diseñado por Pere Terrassa, pero la entidad seguirá abierta a cualquier oferta interesante que pueda llegar a la planta noble.

Transición
Casi seis meses después de su desembarco en la entidad, el pasado 15 de enero, Alemany cerrará mañana el círculo. Cuando asumió el reto y selló su regreso a la entidad, el presidente lanzó un deseo que, salvo un giro inesperado en las próximas horas, no se cumplirá: «Mi misión es encontrar un comprador serio e irme. Hay que reorganizar la entidad como ocurrió en el verano de 2003. Pero no tengo voluntad de permanecer». El presidente se presentó con las ideas claras, con la intención de liderar una etapa de transición entre la era Grande y la nueva propiedad, y el objetivo de realizar una «venta responsable».

Su llegada coincidió con una mejora notable en el rendimiento del equipo, que poco a poco asomó la cabeza a la superficie hasta amarrar la categoría con varias jornadas de antelación. Desde que el Mallorca selló su permanencia matemática en la máxima categoría, Alemany enfocó todos sus sentidos en la búsqueda del futuro inversor. Las negociaciones mantenidas entre el presidente y los diversos grupos interesados no han desembocado en nada productivo...al menos de momento.

En los últimos meses, el presidente ha logrado pacificar la situación y aligerar el lastre económico. Alemany logró que la Agencia Tributaria y el club rubricaran un nuevo aplazamiento de la deuda que tiene contraída la SAD balear con el erario público. Un acuerdo crucial para la supervivencia de la entidad, acuciada por las deudas.

Asimismo, Alemany logró que la plantilla aceptara retrasar el pago de sus nóminas y pagar las fichas en diez plazos. En la última semana, el presidente ha conseguido traspasar a dos futbolistas, Miquel Angel Moyà y Juan Arango, que pueden dejar en las arcas de la entidad hasta 10 millones de euros.