El conseller d'Esports i Joventut del Govern, Mateu Cañellas, posa en las gradas del Palma Arena, con la 'pelousse' de fondo. g Foto: PERE BOTA

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Fernando Fernández / Albert Orfila El nuevo Palma Arena cobrará forma definitiva antes de que se cierre 2009. El ambicioso proyecto de la Conselleria d'Esports pretende convertir el recinto de Ciutat en una instalación pluridisciplinar, explotando al máximo en lo administrativo y deportivo el potencial del velódromo que desde hace meses da cobijo a las oficinas del departamento encabezado por Mateu Cañellas. Esta funcionalidad se multiplicará con el aterrizaje de 24 federaciones, que contarán con un local propio, y el traslado de la biblioteca y el servicio de documentación, o la creación de una sala de conferencias.

Pero será en la parcela deportiva donde los cambios serán más tangibles. Tanto, que la actual oferta se multiplicará de forma exponencial. Esta porción del plan supondrá un desembolso de unos dos millones de euros, y variará radicalmente la fisonomía de un Arena en plena metamorfosis.

Variedad
La 'pelousse' albergará tres pistas que permitirán, a través de la instalación de redes, practicar tres deportes a la vez, pudiendo disponer de la ubicación hasta ahora desplegda. Baloncesto, voleibol, balonmano o fútbol sala serán sus destinatarios. En ese área, además, se reservarán áreas para ciclismo y saltos, dando más protagonismo al atletismo con carriles de velocidad. En la terraza sur, otro carril de salto con pértiga, junto a la zona destinada a tiro con arco, y dos pistas de baloncesto y voleibol, permitirán explotar ese espacio. Ya en la terraza norte, tres pistas de pádel para tecnificación completarán una oferta que en el anillo interior se reforzará con dos rocódromos, un gimnasio, y salas destinadas a deportes de contacto y tenis de mesa. Además, dos carrilles de running rodearán la parte posterior de las gradas. El velódromo distribuirá sus horarios para tecnificación balear, nacional e internacional, escuelas, federados y cicloturismo.

Todas estas actuaciones cuentan con financiación garantizada y se sacarán a concurso con la finalidad de que puedan estar disponibles a final de año, unos meses en los que el Palma Arena se convertirá, más si cabe, en un punto de referencia básico para el deporte balear.