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Àlex Santos|BARCELONA
El Barça de las cuatro copas ya es una realidad, después de derrotar al Athletic de Bilbao en la Supercopa de España, trofeo con el que el equipo de Pep Guardiola amplía un poco más un año excepcional. Con dos goles de Messi y uno de Bojan, el Barça sentenció (3-0) una final que ya estaba prácticamente decidida para el conjunto catalán tras el encuentro de ida, cuando venció por 1-2 en San Mamés. El equipo de Caparrós se echó atrás sin complejos, pero tirando unos metros la línea de defensa lejos del área de Iraizoz.

Partido de dominio absoluto del Barcelona, que no dio ninguna opción a su rival, mermado en efectivos y con la mente puesta en el compromiso internacional para dentro de unos días.

El Athletic se encomendó a las bondades de Gorka Iraizoz bajo los palos y la petición le fue aceptada, ya que el ex españolista cuajó una sensacional primera parte, al margen de que el público la tomase con él por otro motivo, como fueron las constantes pérdidas de tiempo.

Cinco minutos tardó el Barça en el segundo tiempo para afianzar el título en juego, cuando una combinación entre Xavi e Ibrahimovic, acabó con un taconazo de éste a Messi y tras una finta del argentino a Ustaritz, elevó el balón en la salida de Gorka (1-0). Cinco minutos después, un pie de un central del Athletic arrebató a Messi el segundo gol, después de una asistencia de Ibrahimovic.

Tal desazón empezó a reinar en el Athletic, ante un Barça repleto de confianza, que el conjunto vasco empezó a ser un juguete. Xavi y Puyol, además de una cesión poco ajustada de Ustaritz, a punto estuvieron de subir el segundo gol antes del primer cuarto de hora de la segunda parte. Con un Athletic hundido y sin apetencia en un partido que ya no le iba, se dejó ir hasta que le perdió el pulso al encuentro. Un penalti cometido por Ustaritz lo transformó en gol Messi (2-0), y pocos minutos después una cesión defectuosa la aprovechó Bojan, que entró por Ibrahimovic, para burlar la salida de Gorka y lograr el tercero (3-0).