Vuelve el espectáculo, arranca la NBA, y con el curso regular 2009/10, se da el pistoletazo de salida a la segunda experiencia al otro lado del Atlántico de un mallorquín que ya forma parte de la leyenda. Rudy Fernández y los Portland Trail Blazers calientan motores en las horas previas al estreno en el Rose Garden frente a los Houston Rockets. Será en la madrugada española del miércoles, y servirá de revancha de los pasados 'playoffs', los que marcaron el retorno de la franquicia de Oregón al grupo de los elegidos. En esa ocasión, los tejanos ganaron la partida, pero la nueva campaña marca el inicio de una nueva etapa.
Rudy dejó el listón muy elevado en su puesta de largo en la mejor liga del planeta. Bajo la sombra de Pau Gasol y los Lakers, Portland quiere hacerse de nuevo un hueco en el mapa de la NBA, aunque Nate McMillan parece no querer ponérselo fácil al escolta fomado en Sant Josep.
Rodado tras el Europeo -medalla de oro-, su pretemporada americana ha sido meramente testimonial. Las molestias en la espalda arrastradas tras el incidente con Ariza no han remitido y Rudy ha tenido que recurrir a la acupuntura. McMillan le ha reservado hasta el último extremo y apenas ha jugado tres encuentros, en los que su aportación ha sido mínima.
En su segundo ciclo NBA, y sin Sergio Rodríguez como compañero de vestuario, el isleño comparece con su continuidad en Portland garantizada hasta 2011, toda vez que Kevin Pritchard activó la ejecución de la cláusula de renovación por una campaña más del compromiso inicial, previsto para dos temporada, como fija la normativa para los rookies.
Trabajo
Eso sí, tendrá que ganarse cada minuto. La competencia será enorme, más si cabe que la pasada campaña. Pese a ser para muchos aspirante a mejor sexto hombre, Rudy quiere ser titular, un lujo del que le privó de manera reiterada Nate McMillan. Tras un verano movido -los rumores sobre la llegada de Turkoglu llegaron a abrir la puerta a su retorno a Europa-, Rudy tendrá más competencia si cabe. Con Brandon Roy -el jugador franquicia de los Blazers y una de las estrellas de la liga- como gran obstáculo, los Udoka, Taylor, Miller, el debutante Dante Cunningham, Bayless o Batum harán que cada minuto valga oro en la hoja de servicios de Rudy Fernández.
Con 24 años y experiencia certificada, la segunda ronda de los 'playoffs' es el desafío, sin dejar de lado su progresión individual. Los 25'6 minutos de media de la anterior campaña, unidos a los 10'4 puntos que dejó de promedio, son suficientes cartas de presentación para un Rudy Fernández que intentará multiplicar sus prestaciones en vistas a progresar dentro de los esquemas de McMillan, tantear el posible interés de otras franquicias o valorar su futuro en el viejo continente.
Idolatrado por la afición de los Blazers, mediáticamente es Rudy Fernández uno de los productos más rendibles de la franquicia de Oregón, un factor que ha sabido explotar el balear, que técnicamente ha progresado a un ritmo de vértigo, aunque físicamente no ha mostrado el cambio que define a todos aquellos que dan el gran salto. Pese a ello, las capacidades del ex de la Penya y el talento innato que atesora le permiten gozar el beneplácito de los grandes protagonistas de la exigente liga estadounidense, todo un reto que se avecina de nuevo en el horizonte de un Rudy Fernández que pide paso de nuevo y pretende que su nombre siga siendo referencia ineludible entre la aristocracia de la canasta. Eso, si McMillan le otorga la confianza que le ha restado. Un déficit que ha generado todo un debate entre la hinchada rojinegra. Y es que Rudy no pasa inadvertido.
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