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Nuria Llagostera apostó todo al doble y la jugada le ha salido redonda. Desde la séptima planta del hotel Ritz Carlton de Doha la tenista mallorquina saborea el mayor éxito de su carrera deportiva. La nueva maestra de dobles ya está de vacaciones tras un curso plagado de éxitos y espera regresar a la Isla para disfrutar de la matrícula de honor con la que ha terminado el ejercicio 2009.

«Nos hemos enfrentado a las mejores parejas del mundo y hemos demostrado que ahora nosotras somos las mejores», dice la tenista mallorquina entre risas. Los números le dan la razón porque ninguna otra pareja ha ganado más títulos que ella y María José Martínez, que cierran el curso en el tercer puesto del circuito femenino de dobles. La capital de los Emiratos Àrabes ha supuesto el final de un trayecto con seis escalas triunfales previas en Bogotá, Acapulco, Barcelona, Palermo, Toronto y New Haven.

Desde principio de año Llagostera y Martínez se habían planteado la participación en el Masters como objetivo al final de curso y este ejercicio de fe es el que les permitió matricularse con honores. La mallorquina y la murciana sacrificaron en buena medida su participación en los cuadros individuales y priorizaron una competición en la que ya despuntaron en 2008. «Fuimos ambiciosas porque no fue una decisión que tomásemos a mitad de temporada y sabíamos que era muy complicado, pero todo ha salido muy bien y estamos muy contentas», explica la mallorquina, que ha contado con el apoyo de sus padres en Doha, donde asegura que la organización «ha sido perfecta y nos han tratado como reinas».

La premisa será la misma de cara al futuro. Llagostera ha caído hasta el puesto 146 en la clasificación individual y se verá obligada a disputar las previas para acceder a los torneos. «No quiero olvidarme del individual y no voy a desaprochar ninguna oportunidad, pero mi idea es centrar más esfuerzos en el doble como ya he hecho desde la mitad de esta temporada», adelanta.

Ahora su nombre infunde respeto en la competición por parejas. La confianza que depositaron ella y María José en sus posibilidades en el doble para encaminar sus trayectorias en 2009 fue determinante para alzarse con la victoria en un fin de semana «increíble» en Doha. Su ránking las situaba como las terceras favoritas por detrás de las hermanas Williams y la dupla integrada por Cara Black y Liezel Huber, pero dieron el golpe.

El primer choque ante Serena y Venus podía parecer propicio teniendo en cuenta que las estadounidenses se enfrentaban al día siguiente en la final individual, pero nada más lejos de la realidad. «Jugaron a 2.000 por hora», comenta Llagostera, que analiza que «ellas lo basan todo en su saque y sabíamos que nosotros éramos más completas como pareja en las distintas facetas del juego y las aguantamos bien».

Nadie había ganado a las Williams sobre pista rápida y la victoria cargó de moral a Llagostera y Martínez para superar en la final otra barrera que parecía insalvable. No habían superado a las máximas favoritas, Black y Huber, en las seis ocasiones en las que se habían visto las caras, pero la historia deparaba un hueco a la mallorquina y la murciana. «Les teníamos mucho respeto porque de ellas hemos aprendido muchas cosas y el partido se nos dio muy bien», explica la jugadora de Cala Millor, que junto a la tenista de Yecla cierran el curso con un balance de 58 victorias y 14 derrotas.

Nuria Llagostera admite que su asignatura pendiente han sido los torneos del Grand Slam, pero asegura que «no cambio por nada esta victoria», ya que representa la confirmación de que la doble apuesta ha sido un éxito.