El Barça, que administró el combustible de sus cracks dejando en el banquillo a Messi e Ibrahimovic, se dedicó a madurar a su rival en el primer tiempo. Los de Guardiola monopolizaron la posesión exigiendo un gran despliegue físico al Xerez, que se defendía con orden sin correr excesivos riesgos en ataque.
El conjunto azulgrana mandó con autoridad sin necesidad de cambiar la marcha, pero dejó la sensción de haber desperdiciado 45 minutos. La mejor ocasión de la primera parte la tuvo Henry, que pudo abrir el marcador en el ecuador a los 26 de juego, pero su zurdazo desde el interior del área se marchó alto en la mejor ocasión.
El propio delantero francés se encargó de poner el partido de cara en los primeros compases del segundo tiempo. Henry se adelantó en el área pequeña a la zaga andaluza para rematar de cabeza un centro de Maxwell al primer palo y hacer inútil la estirada de Renan. El galo acababa con la resistencia local con un tanto piscológico que alteraba los planes del Xerez.
El equipo de Ziganda, que dio entrada a Antoñito, apenas dispuso de ocasiones y desaprovechó un contragolpe en el que Orellana controló mal antes de quedarse solo ante Valdés. Los andaluces sólo se acercaron a la meta rival en dos saques de esquina prácticamente consecutivos en el ecuador del segund tiempo.
El Barça defendió con el balón sin arriesgarlo y fue minando la resistencia de un rival que acusaba el cansancio. En el descuento los culés pudieron ampliar su ventaja, pero Messi mandó al palo un tiro cruzado tras una acción individual e Iniesta desaprovechó incomprensiblemente una gran asistencia de Ibrahimovic, que dio continuidad a su racha goleadora con una vaselina al primer toque aprovechando un gran pase del flamante Balón de Oro.
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