El encuentro comenzó con los anfitriones muy metidos en el partido, sabedores de que tenían que remendar la oportunidad que perdieron en el primer encuentro ante Grecia. Los de Franciszek Smuda no tardaron en acercarse a la meta rival y en el minuto siete Malafev ya había intervenido en dos ocasiones para salvar el gol polaco.
Con Lewandowski haciendo las labores de líder en ataque, Polonia siguió dominando a su rival y fallando ocasiones. Los locales protagonizaron un querer y no poder, haciendo que la falta de acierto dejara viva a una Rusia que esperaba agazapada su oportunidad para aniquilar a su rival.
Cuando menos se lo esperaba la afición local llegó el primer mazazo del partido. En el minuto 37, Arshavin botó una falta al corazón del área, donde esperaba el incombustible Dzagoev para poner la cabeza y marcar su tercer gol en la competición europea. Un gol que dejó helado un combinado polaco que acabó pidiendo el descanso como agua de mayo.
Al ataque
Tras el descanso el partido se animó, con Polonia buscando con ansia el empate y con Rusia aprovechando perfectamente los contragolpes para hacer daño. Así comenzaron a llegar las ocasiones y Malafeyev volvió a salvar a los suyos en varias ocasiones.
Arshavin se convirtió por momentos en el protagonista del encuentro, ya que lideró las contras rusas que tanto miedo provocaban en los anfitriones. Sin embargo, no terminaron de culminar ninguna jugada y, al igual que le pasó a Polonia en la primera mitad, acabó pagando caro el perdonar tantas ocasiones.
A los 12 minutos de la reanudación, Blaszczykowski se inventó un zurdazo desde fuera del área al que nada pudo hacer Malafeev, poniendo así el empate a uno en el marcador. Rusia reaccionó pronto con un disparo de Dzagoev que atajó Tyton, pero de nuevo fue Polonia el que buscó con más ahínco el gol. En el minuto 69 Malafeev se volvió a vestir de salvador al desviar un remate de Polanski y evitar así el segundo gol polaco.
Poco a poco Polonia se hizo, aún más, la dueña y señora del encuentro, buscando una y otra vez al meta ruso. El último que lo intentó fue Obraniak que, a los 81 minutos, probó fortuna desde fuera del área pero Malafeev volvió a estar muy seguro.
En los últimos minutos el encuentro se equilibró y el miedo a perder hizo que los dos combinados se conformaran con el empate. Con este resultado, Rusia sigue liderando el Grupo A con cuatro puntos, mientras que Polonia es tercera con dos puntos, aunque dependen de sí mismo para confirmar su pase a cuartos.
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