Una hora y 33 minutos invirtió el jugador de Jávea, de 33 años, para extender a cinco encuentros consecutivos su racha de victorias sobre Feliciano López, al que ahora domina por 8-6 en su particular cara a cara.
Dos roturas del saque de su oponente en la primera manga y una más en la segunda y definitiva bastaron a David Ferrer para alzar el trofeo de campeón en Kuala Lumpur, escenario de la conquista de su vigésimo quinto título en cincuenta finales como profesional.
«Estoy muy contento porque nunca había jugado tan bien en este torneo. Mis sensaciones son muy buenas tras la lesión (en el codo derecho) y estoy muy satisfecho porque he jugado mi mejor partido en la final», explicó a pie de pista Ferrer quien, desde su eliminación en los cuartos de final de Roland Garros y hasta su participación en la cita malaya, había disputado únicamente seis partidos.
Uno en el torneo de Nottingham, tres en el Abierto de los Estados Unidos y dos en la eliminatoria por la permanencia en el Grupo Mundial I de la Copa Davis entre los equipos de España y Dinamarca.
A pesar de que en pista dura era Feliciano López quien dominaba por 6-2 al alicantino, en el primer choque entre el primer y el segundo cabezas de serie en Kuala Lumpur, torneo que se disputa desde el año 2009, Ferrer supo contener el juego agresivo del toledano y agregó 250 puntos a su casillero.
Este triunfo le consolida en la octava posición en la carrera hacia el Masters de Londres, cita que reunirá a los ocho mejores tenistas de la temporada del 15 al 22 de noviembre.
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