Poco más de hora y cuarto estuvo en la Suzanne-Lenglen la natural de Caracas, que dominó de principio a fin a su rival para meterse en su segunda final de un 'grande' tras la perdida en Wimbledon el año pasado ante precisamente la misma oponente de este sábado, a la que, en cambio, sí ha ganado en la capital francesa, cuando dio la sorpresa en 2014 en la segunda ronda.
De este modo, la actual número cuatro del mundo es la primera española en 16 años (Conchita Martínez) en pelear por el título en la arcilla roja parisina y tratará de acabar con la sequía femenina en París, que data de 1998 con Arantxa Sánchez-Vicario, última ganadora nacional de un 'Grand Slam'.
Curiosamente, Muguruza buscaba en el torneo más importante de tierra batida, su primera final en esta superficie. En Roma, hace un mes, lo había rozado, pero tuvo que ser en un escenario de mayor prestigio donde lo consiguiera, con una actuación firme, salvo algunos nervios al final.
Sí conocía en cambio Stosur lo que era jugar una final en Roland Garros. La australiana había perdido en 2010 el título ante la italiana Francesca Schiavone, pero un año después se desquitó conquistando Nueva York. Ese ápice más de experiencia no le bastó para frenar a la hispano-venezolana que tras ceder la primera manga en su estreno ante Anna-Karolina Schmiedlova, no ha dejado que nadie le gane un set.
La cuarta cabeza de serie aparcó la tensión hasta el final, cuando se vio ya prácticamente ganadora. Con su habitual agresividad, tanto en el fondo como cuando tuvo que subir a la red, dominó a la de Brisbane, once años mayor y que no encontró la manera de inquietar a su rival.
Muguruza comenzó muy fuerte, y pese a las dudas de su primer servicio se situó a base de ganadores, sobre todo con su revés a dos manos, rápidamente con una clara ventaja de 4-0 que no desperdició para cerrar la primera manga.
Las cosas comenzaron bien en la segunda, con un tempranero 'break', pero su debilidad cuando no pudo jugar con segundos servicios ayudó a una Stosur más entonada a recuperar esta rotura e igualar el partido. Fue un espejismo porque la hispano-venezolana tampoco perdonó las concesiones con el saque de la australiana, que entregó sus dos siguientes servicios.
La segunda final de un 'grande' estaba ya muy cerca, pero con 5-2 en el marcador aparecieron los habituales nervios. La oceánica recuperó un 'break' y se puso amenazante con 5-4 y 15-30. Entonces, la cuatro del mundo encadenó dos 'aces' y un error de su rival la catapultó de nuevo a la pelea por un 'grande'.
Serena salva la resistencia de Bertens
Ahí, como hace prácticamente un año, tendrá que superar el duro escollo de la número uno del mundo, Serena Williams, que tuvo más complicaciones contra la revelación del torneo, la holandesa Kiki Bertens.
La estadounidense se impuso por 7-6(7) y 6-4 y puso fin a la aventura de su rival, que aspiraba a ser la primera no cabeza de serie en disputar la final en París 33 años después de Mima Jausovec, pero no pudo aprovechar sus 'breaks' de ventaja en ninguno de los sets.
Bertens rompió a las primeras de cambio y llegó a tener punto de set al resto con 5-3. Luego tuvo saque para cerrar el parcial, pero Williams tiró de experiencia para igualarlo y llevarlo a una 'muerte súbita' que se llevó por 9/7 tras levantar otra pelota de set sobre el saque de la holandesa.
En el segundo set, Bertens quebró de inicio, pero la estadounidense reestableció al instante la igualdad. La número uno del mundo salvó una dificultad en el sexto juego y a renglón seguido logró el 'break' que fue clave para sacar el billete para buscar su cuarto título en París y el 22 en un 'Grand Slam', lo que le permitiría igualar el récord de Steffi Graf.
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