Quedó resuelto el Tour en favor de Chris Froome, de 32 años, quien arriesgó lo justo para ser tercero en la lucha contra el reloj, por detrás de los polacos Maciej Bodnar, vencedor, y Michal Kwiatkowski, su compañero del Sky.
No hubo color en la lucha por el maillot amarillo, Froome arriesgó lo justo para conseguir el objetivo. Tampoco en la pelea por el segundo escalón, pues Urán se merendó a Bardet de principio a fin, superando al ídolo francés en 1:30 minutos. El de Urrao (Antioquía), de 30 años, es el segundo corredor después de Nairo Quintana que sube al segundo escalón del Tour.
La máxima emoción la protagonizó Mikel Landa. El alavés se encontraba a 1:13 de Bardet y desde el inicio le fue limando tiempo. El podio se acercaba a pasos agigantados, lo acarició el de Murgia, pero al final el sueño murió a un solo segundo del máximo objetivo.
Landa lamentó los segundos perdidos en algunas etapas en la que pudo sacar una rentabilidad que ahora lamenta.
«Es una lástima después de tantos kilómetros. Me ha faltado experiencia. Ójala vuelva a tener otra oportunidad como jefe de filas de un equipo. Estoy contento con el triunfo de Froome, me siento en parte ganador, pero no me voy lleno del todo», dijo en meta.
Alberto Contador, en otra de las luchas pendientes en la crono, hizo un meritorio sexto puesto a 21 segundos del ganador. El de Pinto terminará noveno, desplazando al francés y rey de la montaña Warren Barguil, décimo. Lejos de sus objetivos, más lejos que nunca, pero reconfortado «con la ovación del público» en el velódromo de Marsella».
Froome ganará su cuarto Tour sin llevarse un triunfo de etapa, lo que no ocurría desde 2006 con Óscar Pereiro o desde 1990 con el estadounidense Greg Lemond. «Para mí no es ninguna frustración. El Tour es el Tour, son tres semanas y lo importante es ser líder al final», dijo
Le acompañarán en el podio de París Rigoberto Urán, a 54 segundos, y Bardet a 2:20, una decepción para la afición francesa, que no llenó el Velodromo ante la llamada del Tour.
Una crono con pompa y boato que salía y entraba en el escenario futbolístico del Velódromo de Marsella, estadio del Olympique. Un circuito para especialistas, por en el centro de la ciudad, Puerto Viejo y ascenso a Notre Dame de la Garde, la iglesia que domina desde la altura la segunda ciudad de Francia. Un buen repecho de 1,2 kilómetros al 9,5 por ciento de pendiente a 7 kilómetros del final.
Prueba para especialistas, capaces de mover desarrollo. Las primera referencia de interés la marcó en meta el polaco Maciej Bodnar (28.15 minutos), marca no superada por el tetracampeón mundial alemán Tony Martin ni por el suizo Stefan Kung, del lote de favoritos a la victoria de etapa.
No entró en la pomada el campeón de España Jonathan Castroviejo (Movistar), quien no se percató de una zona de cemento que le provocó una caída a la salida del estadio. Pronto quedó eliminado el vizcaíno, quien había guardado fuerzas los últimos días para disputar la crono marsellesa.
No eran las cinco de la tarde cuando empezaron a salir los pesos pesados. Rápidamente el guión señalaba a Froome para guardar el maillot amarillo sin problema, ya que Bardet se hundía y Urán no limaba tiempo en los pasos intermedios.
No había por qué arriesgar más de la cuenta. Urán ha punto estuvo de caer en la última curva, y Froome llevaba la información precisa para llegar a meta a su ritmo, con los rivales ya despejados, Solo sufrieron Bardet por la dura derrota y Landa, por un suspiro. maneras de perder.
Este domingo fin de fiesta del Tour 2017 con la disputa de la vigésima primera y última etapa, un paseo triunfal de homenaje al ganador de 103 kilómetros entre Montgeron y París.
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