El vehículo de Takuma Sato, en una parada en boxes. | Mykal McEldowney

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El japonés Takuma Sato, con el Honda número 30 del equipo Rahal Letterman Lanigan Racing, se proclamó campeón de la 104 edición de las 500 Millas de Indianápolis al imponerse al neozelandés Scott Dixon en una accidentada carrera que dejó el abandono de ocho corredores, entre ellos el español Álex Palou, uno de los aspirantes a pelear por las posiciones delanteras.

El tercer puesto de la prueba fue para el estadounidense Santino Ferrucci y el novato mexicano Pato O'Ward acabó en el sexto puesto.

El piloto asturiano Fernando Alonso, que buscaba la Triple Corona, acabó en el puesto 21º de la general, mientras que peor le fueron las cosas al otro español en liza en Indianápolis, Álex Palou, que en plena remontada sufrió un accidente que le privó de escalar posiciones y lograr un buen resultado en la clásica cita del motor estadounidense, en la que Alonso partía desde la parte trasera de la parilla a la búsqueda de una gesta para lograr la preciada victoria que le permitiría entrar definitivamente en la leyenda.

El nipón Takuma Sato, de 43 años, logró de esta manera el título de las 500 Millas de Indianápolis por segunda vez en su carrera después de hacerlo también en el 2017 con el equipo de Andretti Autosport.

La carrera se suspendió en la vuelta 194 tras producirse el accidente del estadounidense Spencer Pigot, con el número Citrone/Buhl and Rahal Letterman Lanigan Racing, el séptimo abandono de la carrera por accidente.

Con bandera amarilla se llegó al cierre de la prueba, que coronó a Sato y sirvió a Fernando Alonso para adquirir experiencia a la caza de la Triple Corona.