En el corazón de Palma se escenificará esta mañana una imagen que el mallorquinismo reclamaba desde hacía casi dos años. Fernando Pons Niza, el único director deportivo en la historia del club balear que ha recibido una gratificación extraordinaria por hacer su trabajo, se ha rendido. Pons aceptará devolver el millón de euros que le regaló el expropietario Vicenç Grande por vender a Daniel González Güiza en el verano de 2008.
Una vez reintegrada esa cantidad, 600.000 euros netos, y salvo una nueva marcha atrás, deberá rubricar la rescisión de su contrato con la presencia de los tres administradores concursales; los representantes de Haciendo; el presidente del Mallorca, Jaume Cladera; el asesor jurídico Miquel Coca, los abogados de Fernando Pons Niza y del protagonista absoluto de este vodevil. Será el capítulo final de uno de los episodios más tristes en la casi centenaria historia del Real Mallorca.
Después de varios meses de conversaciones, reuniones frustrantes y situaciones tercermundistas, el Mallorca extirpará hoy un problema que se había enquistado.
El acuerdo implica que éste acepta devolver el millón de euros que le entregó Vicenç Grande. Una vez se haya hecho efectivo ese pago, el club deberá abonar la indemnización de Pons, que supone algo más de esa cantidad.
Una de las claves de este acuerdo apunta a Hacienda. La Agencia Tributaria acordó devolver al Mallorca el bruto de la prima del millón de euros y que ronda los 450.000 euros.
Otro factor señala a los abogados de Pons, que daban prácticamente por perdida la demanda de reintegración del millón de euros que le interpuso la administración concursal y cuya vista oral se había fijado para el próximo martes día 15.
Pese a que su intención era solicitar, vía judicial, el pago de 1.600.000 euros al club por los tres años que según él le restaban todavía de contrato, Pons se quedará como está, y tampoco se celebrará ese juicio, para el que el director deportivo había citado a la actual plana mayor de la entidad, así como a Michael Laudrup, Miquel Angel Nadal, Pep Lluís Martí o Damià Amer...
También llama la atención que la Agencia Tributaria devuelva los 450.000 euros de las retenciones que generó el premio extra entregado por Vicenç Grande a Nando Pons, una forma de reconocer, de alguna manera, la dudosa procedencia de dicha prima.
La permanencia, contra marea, del director deportivo ha sido gravosa para las arcas de la entidad. Además de abonarle la nómina, también ha tenido que pagarle los premios en concepto de prima doble, a pesar de llevar ¡4 meses de baja! por unos problemas en la espalda. Después de varios meses de negociaciones, Nando Pons se rinde. El Grandismo se encamina hacia su recta final.
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No deja de sorprender que la Agencia Tributaria, con fama de voraz, devuelva los 450.000 euros de retención que pone en evidencia la dudosa legalidad de la operación orquestada por Grande y Pons. La venta del Pichichi Güiza no fue un buen negocio porque se perdieron millones por las rendijas de las comisiones. Se cerrará un capítulo lamentable que ha hecho correr ríos de tinta y ambas partes se darán por satisfechas con la resolución adoptada. No debemos olvidar que Fernando Pons Niza era un trabajador singular, el último eslabón de la cadena Grande que ha empequeñecido al Mallorca en el concurso voluntario de acreedores, para evitar su desaparición.