Los jugadores del Mallorca, con Pau Cendrós en el centro, durante un etrenamiento en Son BIbiloni. | Monserrat

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Ocultado bajo los escombros de la actualidad, en una semana marcada por el fin del Nandismo y el surrealismo del Nuevo Sitjar, el Mallorca se adentra hoy en un episodio que se antoja crucial para amarrar la supervivencia y divisar la Tierra Prometida. Con la intención de espantar de forma casi definitiva los fantasmas del descenso, el grupo balear acude a un escenario infranqueable en las últimas jornadas para medirse a un Levante al alza que persigue su quinta victoria consecutiva en su centro de operaciones.

Con la línea de meta en el horizonte, la escuadra de Laudrup quiere levantarse y comenzar a marcar su territorio (17.00 horas, Ciudad de Valencia, PPV).

Tras su derrota ante el Valencia el pasado sábado, el Mallorca debe recuperar el paso. Volver a la regularidad que exhibió durante los primeros movimientos del curso. En la segunda vuelta del campeonato, salvo la excepción de su última salida en Cornellà-El Prat, el equipo bermellón se ha derrumbado al primer empujón. Obtuso, sin convicción ni confianza, en las últimas jornadas ha dado la impresión de jugar al trote. Como si se dejara llevar ante los grandes para batirse el cobre frente a escuadras más asequibles. Sucedió en Pamplona, ante el Athletic y contra el Espanyol. Las tres únicas citas en las que no ha doblado la rodilla desde que cruzó el ecuador del torneo.

Aunque sobre el papel no lo parece, la prueba de esta tarde es exigente. El Levante se ha rebelado contra su destino en una segunda vuelta de ensueño. Ya suma 16 puntos -uno más que en toda la segunda vuelta- y su eficacia en casa es notable.

Con la intención de frenar la racha granota, Michael Laudrup medita reforzar su línea de creación y sacrificar a algunos de sus artistas. Consciente de que su rival es más poderoso en el físico, el técnico del Mallorca quiere desnivelar la balanza en la batalla técnica. Es por ello que estudia la posibilidad de juntar en su sala de máquinas a tipos como Pep Lluís Martí, Joao Victor, De Guzman o Sergio Tejera, sacrificando a dos jugadores como Michael Pereira o Gonzalo Castro, que se encuentran bajo mínimos.

Arriba, para darle guerra a Ballesteros & cía Pierre Webó intentará repetir su acierto de la primera vuelta -su gol culminó la remontada iniciada por Pereira tras el tanto inicial de Stuani- con la colaboración de Emilio Nsue.

En la línea de fondo, Aouate se reencontrará de nuevo con su enemigo público número uno, el uruguayo Gustavo Munúa -la escena del no saludo acaparará todos los focos en los prolegómenos-; junto a Pau Cendrós -un ídolo en el Ciudad de Valencia-, Nunes, Ramis y posiblemente Ayoze, que regresaría al once tras cumplir su partido de sanción.

Para refrescar el equipo quedarían tipos como Pereira, Castro y el propio Akihiro Ienaga, al alza tras sus buenas actuaciones y que ayer todavía daba muestras de su tristeza por el terremoto que ha asolado su país.