Fernando Tissone compartió vestuario con Al Saadi, el tercer vástago del dictador libio, cuando militaban en el Udinese | Efe

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Los tremendos sucesos ocurridos anteayer en Sirte, que desembocaron en la muerte del coronel libio Muamar al Gadafi, rebobinaron en la memoria de Fernando Tissone. Y es que el apellido Gadafi le trae recuerdos al centrocampista del Real Mallorca. Hace cinco años, Tisso compartió vestuario con Al Saadi Al-Gadafi (Trípoli, 1973), el tercer hijo del exdictador libio, que ocupó el rango de teniente coronel en las Fuerzas Armadas y que actualmente se encuentra refugiado en Níger. No obstante, algunas informaciones apuntaron incluso la posibilidad de que hubiera corrido la misma suerte que sus hermanos Mutasim y Seif al Islam, fallecidos el pasado jueves.

El futbolista italo-argentino del Mallorca recordó ayer a este periódico su peculiar convivencia con Al Saadi en las filas del Udinese durante la temporada 2005-06. «Era todo un personaje. No tan famoso como su padre, pero sin duda que llamaba la atención. Siempre se presentaba a entrenar con seis o siete guardaespaldas. Siempre estaba protegido», apuntó Tissone, que entonces apenas contaba con 19 años.

El mallorquinista reveló algunas de las excentricidades de Al Saadi. «Llegó a venir a entrenar en helicóptero... esas cosas eran lo que le diferenciaban del resto del grupo. Al margen de toda la fama que le rodeaba, era un chico normal. Incluso en alguna ocasión organizaba cenas en el hotel donde se alojaba».

En aquella campaña, el conjunto de Udine disputó la Champions League. E incluso se cruzó con el Barça en la fase de grupos. Sin embargo, Al-Saadi se quedó inédito en esa competición -Tissone sí que jugó ante el equipo azulgrana- por sus «obligaciones profesionales». «A veces tenía que desplazarse a su país porque le llamaba su padre para trabajar -era comandante de las Fuerzas Especiales libias- y pasaba varias semanas sin entrenar», apuntó el medio del Mallorca.

En cuanto a su nivel, Tissone reconoce que no estaba a la altura de una competición tan exigente como la Serie A. «Debido a sus continuas ausencias, su nivel físico no era el adecuado aunque técnicamente no era malo. Tenía una buena zurda. Solía jugar como interior o también por detrás del punta».

Privilegios

Tissone apunta que el tercer hijo de Gadafi apenas hablaba de su familia. «No, esas cuestiones no se comentaban en el vestuario. Nosotros sabíamos quién era porque ya había militado en el Perugia, pero en el terreno de juego era uno más, aunque obviamente que tenía un trato especial por ser quien era. No es normal acudir a los entrenamientos en helicóptero o con seis o siete guardaespaldas...».

El jugador del Mallorca, que reconoce haber seguido la noticia de la muerte del exdictador libio por televisión «como todo el mundo», jamás vio a Muamar al Gadafi. «No, él nunca se acercó por allí, aunque sí que conocimos a algunos de sus hermanos». Ahora, mientras Fernando Tissone trabaja para labrarse su destino como futbolista en la Isla cedido por la Sampdoria -allí también militó Al Saadi-, el que un día fue su compañero de vestuario tiene una orden de detención de la Interpol y se encuentra, en teoría, exiliado en Níger...