Asomado al balcón del final del campeonato, pero muy pendiente todavía de lo que ocurre a su espalda, la plantilla del Mallorca quiere esquivar a toda costa los efectos del síndrome de la última jornada. La plantilla balear, que hace aproximadamente un año empezó a sufrir un desvanecimiento que casi le cuesta la categoría, no parece dispuesta a reeditar ni una sola de las escenas que protagonizó aquel dramático cierre de ejercicio, en el que solo el acierto del Valencia en Riazor le apartó de caer sobre las brasas de la Segunda División. Ahora, con la permanencia también encauzada pero con ocho capítulos por delante para acabar de cuadrar el balance, el grupo se ha comprometido a cerrarle la puerta a ese asfixiante recuerdo. De inmediato y con contundencia. De lo contrario, la caseta podría adentrarse otra vez en una espiral tóxica que pondría a prueba su mentalidad en un cierre amenazado por las trampas y el veneno.
A pocas horas de escenificar la primera gran final de la campaña y tras enganchar dos jornadas en blanco (Barcelona y Sevilla), los futbolistas apuestan por resolver la trama de la permanencia por la vía rápida: empotrando al Granada en el vagón de cola con una nueva victoria junto al Camí dels Reis que tenga continuidad la semana que viene en El Sardinero. «Hay que salvarse antes que el año pasado. Es lo que nos pide el míster y además estamos comprometidos para que no vuelva a pasarnos aquello», admite Gonzalo Castro. «Nos afectó hasta en el plano familiar o con amigos. Y por eso esperamos que los tres puntos del domingo nos aclaren un poco las cosas. No podemos descuidarnos porque ellos tienen armas para hacernos daño y nosotros tenemos que jugar con la cabeza. Son puntos clave para mantener la diferencia con el descenso y ganarle a un equipo que está debajo de ti. Nos hemos olvidado de la última semana y sería fundamental para la salvación», argumenta el Chori, uno de los futbolistas que preparan las maletas para abandonar el club en verano tras consumir el contrato de cinco temporadas que selló en 2007.
Esa intensidad que necesita el equipo se ha convertido también en una pequeña obsesión para Caparrós, que en los últimos días le está apretando las tuercas a la plantilla para impedir otra caída. Sin los tocados Nunes y Álvaro (el luso arrastra molestias musculares y el ilicitano problemas en el pubis), el de Utrera sigue trabajando para alzar el vuelo y eliminar a los fantasmas que merodean desde hace un año por Son Bibiloni. Ahora, sí.
4 comentarios
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Pep Lluis Martí dijo en IB3 que todos los jugadores estaban con Llorenç Serra Ferrer.Lo mismo Caparrós.Eres un mentiroso, por lo tanto.
Esperemos que en las últims jornadas no se le ocurra a LLSF meter de nuevo las narices en el vestuario como hizo la temporada pasada y que estuvo a punto de provocar el descenso del equipo. Los jugadores no lo quieren ni ver y alguien se lo tendría que decir.
El Mallorca necesita ganar dos partidos (o empatar seis) para sumar los matemáticos 42 puntos que, salvo hecatombe de resultados, darían la salvación y se habrían sumado ya 26 temporadas en Primera y en pórtico de la 27 camino del centenario que se celebraría el 27 de febrero de 2016.La próxima semana, tras la renuncia por carta de los tres administradores concursales, la entidad recupera la independencia en la gestión administrativa, para empezar a planificar la próxima temporada.Dicen que el Valencia quiere a Caparrós, pero dicen lo mismo del Sevilla.Y es que estando en el Mallorca a los entrenadores les salen novias. Recuerden a Luis Aragonés que se fue a la Selección y se proclamó con la misma campeón de Europa.
soy de graná, casi ná.