Imagen de las gradas del estadio de Son Moix, durante un encuentro; la media de espectadores también ha sufrido un descenso considerable en los últimos años. | T. MONSERRAT

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El Mallorca tiene una grave hemorragia a nivel social. El club balear pierde abonados a borbotones y ha bajado la persiana del curso 2012-2013 con los peores números de su historia reciente. La entidad isleña cuenta a día de hoy con 8.600 abonados de pago, una cifra que supone una pérdida cercana al 20% respecto a la campaña anterior. La SAD ofreció ayer una cifra oficial de 10.904 abonados, incluyendo los más de 2.000 pases que la entidad regala por diversos convenios publicitarios.

Según los datos facilitados por el propio club e incluyendo todos los abonos retirados, de pago y los que se entregan por compromisos, el Mallorca contaba hace ahora un año con 13.037 socios. Al principio de la segunda vuelta, esa cifra se incrementó hasta los 13.670, para finalizar el curso con 15.940 abonados, gracias a la campaña Eroski. La caída de abonados en la última temporada es de un 16.36%.

La situación es alarmante. En apenas un lustro, el club ha perdido más de 8.000 abonados. Del tope de 18.000 en la temporada 2005-06 se ha pasado a poco más de 8.600, en una brusca caída que los responsables de peñas (ver página siguiente) achacan a las consecuencias de la crisis económica, extensible al resto de estadios, y a la falta de iniciativas -para algunos- o a la abundancia de oferta televisiva para otros. Este descenso debería poner al club balear y a los responsables del área social en alerta para detener una sangría imparable. No se registraban unas cifras similares desde mediados de la década de los 90, pero en un contexto muy distinto. Aquel Mallorca deambulaba por la categoría de plata.

Después llegó el impulso proporcionado por Bartolomé Beltrán y el ascenso a Primera. Seducido por los delirios de grandeza de la era Asensio, el club triplicó el número de peñas y la expansión del mallorquinismo. Desde el regreso a la nobleza del fútbol español, la cifra de socios oscilaba entre los 14.000 y los 16.000, alcanzando su cénit hace apenas un lustro, con Vicenç Grande en la presidencia y Héctor Raúl Cúper en el banquillo.

Descenso notable

En los últimos años, sin embargo, la cifra se había reducido de forma notable, rondando los 11.000 o 12.000 espectadores. No obstante, la caída de la presente temporada no tiene antecedentes. El descenso del 16% de los abonados confirma la fractura que presenta el Mallorca en el apartado social. El divorcio entre el club y la Federació de Penyes Mallorquinistes es absoluto y ni siquiera el fichaje en el último momento del internacional mexicano Giovani Dos Santos ha servido para amortiguar el declive.

Tampoco el buen inicio de campeonato, con siete de nueve puntos posibles, ha contribuido a elevar el número de fieles, que cada vez son menos.