Iriney, en una imagen de archivo.

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El Comité de Competición de la RFEF ha decidido no atender las alegaciones presentadas por el Real Mallorca respecto a las expulsiones de Iriney y Aouate. En consecuencia este organismo ha decidido sancionar con cuatro partidos al centrocampista brasileño al entender que medió insulto al árbitro asistente y mantiene la roja al portero por jugar el balón con la mano fuera del área impidiendo una manifiesta ocasión de gol.

El Mallorca consideraba que el acta arbitral no se correspondía con la realidad en ambos casos, pero tanto en uno como en otro, las alegaciones presentadas no han causado ningún tipo de efecto y Competición no ha tenido piedad del club balear. Indicaba el Mallorca que los insultos que profirió Iriney no iban dirigidos al árbitro sino hacia él mismo

Los argumentos del club isleño han sido excesivamente débiles a la hora de defenderse y el Comité ha indicado que las actas de los colegiados tienen «presunción de certeza» y por lo tanto no se ha movido una sola coma de lo redactado por el colegiado del encuentro que dirigió el choque entre el Mallorca y el FC Barcelona. El organimo de la Federación expone en sus fundamentos jurídicos que las pruebas de defensa no son suficientes. «Lo único que se aporta —expone el documento de Competición— de contrario es una declaración del citado jugador, manifestando que no dijo ‘me cago en tu puta madre', sino ‘me cago en mi puta madre'. Frente a esta divergencia, cabe recordar que de conformidad al artículo 27.3 del Código Disciplinario, las actas tienen presunción de certeza, salvo que se aprecie error material manifestando, que no es el caso». En consecuencia, Competición ha decidido desestimar las alegaciones formuladas y confirmar la expulsión de Iriney y multa accesoria de 800 euros al Mallorca y 3.005 al futbolista.

Ante esta resolución cabe recurso al Comité de Apelación, organismo al que va a dirigirse el club balear con el fin de rebajar la sanción impuesta. El centrocampista fue uno de los fichajes de invierno del Real Mallorca y el hombre, junto a Generelo, que debe poner orden en el centro del campo y tratar de guiar al equipo hacia el orden y la disciplina táctica. En esta misión se encontraba cuando en el pasado partido disputado frente al Barcelona B el jugador lanzó un insulto que en su versión no iba dirigido hacia el árbitro ni hacia el asistente, pero este último no lo entendió así y interpretó que la desagradable frase se dirigía a él. De esta forma el árbitro terminó expulsándole y el comité se ha basado en la redacción del acta para tomar la decisión de castigar con cuatro partidos al futbolista. De esta forma no podrá jugar ante Zaragoza, Tenerife, Castilla y Recreativo de Huelva. Una fase clave de la temporada.