Imágenes del momento del final del partido en el que el Mallorca logra el ascenso a Segunda y la posterior euforia. | Miquel Alzamora

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El Real Mallorca regresa a Segundo División un año después de perder la categoría tras empatar a cero en Anduva ante el Mirandés en un encuentro que ha tenido bien controlado el equipo de Vicente Moreno desde el inicio y que ha sabido sufrir cuando ha tenido que hacerlo.

Los baleares han cerrado el círculo. En el mismo lugar donde descendió a Segunda B hace justo un año, ha podido celebrar su regreso al fútbol profesional después de mantener el resultado inicial y de aguantar en todo momento las acometidas del conjunto local.

La intensidad de ambos contendientes convirtió el partido en una batalla por cada centímetro del terreno de juego. Los locales se emplearon al límite del reglamento en cada acción, lo que deparó un encuentro plagado de interrupciones. El peor parado por la dureza de la contienda fue Javier Bonilla, que tuvo que ser retirado en camilla cuando apenas se habían disputado cinco minutos.

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El Mallorca resistió bien el juego directo del equipo de Pablo Alfaro sin encerrarse en su parcela. Sólo un disparo desviado de Yanis al filo del descanso generó cierta inquietud en la afición mallorquinista desplazada a Anduva, donde los hombres de Vicente Moreno cumplieron con nota en el primer acto con una gran solidez defensiva.

En la reanudación, se intensificó el control de los burgaleses, que dieron un paso adelante para empujar al Mallorca hacia su área. Sin embargo, las incursiones de los laterales del Mirandés no se tradujeron en centros precisos y los mallorquines se quitaron de encima el peligro sin demasiados agobios. El equipo de Pablo Alfaro no tuvo muchos más recursos que colgar balones al área y en esa faceta brilló tanto la pareja formada por Raíllo y Campos como Manolo Reina, que dio una gran seguridad a los suyos, para firmar su ejercicio de supervivencia.

Los rojillos, que no llegaron a inquietar a Limones en el segundo acto, se encargaron de que fuera pasando el tiempo sin que apenas pasaran cosas y, bien pertrechados, completaron un trabajo excelente en defensa sin entrar en polémicas ni cayendo en trampas. Sólo un remate de Melli en el minuto 89 provocó peligro sobre la portería de Reina. El Mallorca sobrevivió y certificó el ascenso a la categoría de plata justo en el escenario en el que se había despedido de ella.