Vista general del estadio de Son Moix en un partido disputado con público.

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El Real Mallorca-Alcorcón de este próximo domingo (21:30 horas) podría albergar a cinco mil aficionados en las gradas. También el encuentro entre el equipo rojillo y el Zaragoza del lunes 24 de mayo (21:00 horas). El Gobierno ha decidido que las comunidades con menor incidencia de la pandemia, entre ellas Balears y Valencia, tienen autorización para que el público acceda a los partidos de LaLiga. El ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, indicó que esta medida será de aplicación «inmediata» y por lo tanto contempla las dos últimas jornadas en Primera y las cuatro que restan de Segunda.

Sin embargo las dudas afloran con fuerza. Baleares está en fase 1, pero Mallorca se encuentra en fase 2. No obstante, durante estas últimas dos semanas el Govern ya ha suavizado las medidas pemitiendo entradas notables en partidos disputados en el Estadi Balear y sa Pobla donde se superaron el millar de aficinados. Ahora, con el beneplácito del gobierno central y si LaLiga tampoco se opone, este escenario se amplía a los equipos de Primera y de la categoría de plata en comunidades con baja afluencia de la pandemia. Pero la situación es todavía difícil.

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Pese a que Rodríguez Uribes aseguró tener el beneplácito de LaLiga de que entren aficionados en unos campos y en otros no, esta aseveración no casa en absoluto con la versión de la asociación de clubes, que durante la jornada echó el grito al cielo. De hecho, desde LaLiga se califica de «incoherente» este escenario que se ha planteado porque se crea una situación injusta entre unos equipos que sí podrán tener aficionados y otros que no. Finalmente una de las opciones es que sean los propios clubes quienes decidan si abren o no las puertas.

Pese al principal enunciado del Gobierno, estas horas serán claves para conocer cómo se van desarrollando los acontecimientos. Otra consideración y no menos importantes es la hora en que va a empezar el Mallorca-Alcorcón, las nueve y media de la noche. Si finalmente el público entra al campo forzosamente tendrá que abandonar el estadio infringiendo el toque de queda.