TW
0

El Mallorca se juega su destino en un cara o cruz. Es un todo o nada para un equipo que ha ido coqueteando con el fuego a lo largo de los nueve últimos meses para llegar al último capítulo del campeonato con las llamas pisándole los talones. Está sujeto a la cornisa de la categoría, pero con el Cádiz agarrándole los tobillos. Un desliz inesperado y se caerá por el fondo del barranco de la Primera División que alcanzó hace ahora un año y tres días en aquel hotel de Tenerife. Para enterrar cualquier cábala, el Mallorca necesita ganar en El Sadar a un Osasuna que hizo los deberes hace semanas y al que han intentado motivar desde Cádiz.

Noticias relacionadas

La campaña publicitaria realizada desde tierras andaluzas no tiene precedentes. Han apelado a la figura del malogrado Michael Robinson para tocar la fibra navarra y que se deje todo en su duelo ante el Mallorca. También han intentado unirse con la hinchada del Alavés, aunque los vitorianos querrán lavar su imagen después del descenso consumado en el feudo del Levante. Al margen de este fuego cruzado, el Mallorca debe seguir la doctrina Aguirre que pasa por ganar en Pamplona, echar el lazo a la temporada con los brazos en alto y pensar ya en resetear la dirección deportiva. Pero eso ya será mañana. Hoy es el día del juicio final. El día D. El momento de la verdad. Al filo de las diez de la noche, el mallorquinismo reirá o llorará...