Imagen del portero del Real Mallorca, Rajkovic, en una intervención en San Mamés. El guardameta será una de las grandes atracciones en la tarde de hoy en Son Moix. | Carlos Gil-Roig

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El Mallorca expone este sábado ante su afición (19:30 horas, Son Moix, Movistar TV) el proyecto a medio construir para este curso. Frente al Betis y tras una semana marcada por las desaveniencias políticas a vueltas con el nombre del estadio y el impacto turístico, el equipo de Aguirre saltará sobre el tapete de Camí dels Reis para cazar el primer triunfo del curso.

Lo hará además en una tarde de estreno donde los aficionados de la tribuna sol baja van a poder vivir el partido como nunca lo habían hecho en este campo, a apenas siete metros del césped. Todo en conjunto, incluso la hora, invita a acudir al recinto deportivo, llenarlo lo máximo posible y disfrutar de la nueva experiencia que quiere ofrecer el club con todos los cambios que está promoviendo. Sin embargo, lo que más preocupa es lo que pueda hacer el equipo desde el punto de vista futbolístico. Todo lo que adorna al encuentro es ilusionante y sirve para dar esa pizca de picante al choque, pero lo más importante es el fútbol, ganar y sumar tres puntos. Solo así la guinda será perfecta. Y para superar a este Betis medio inscrito en la Liga y medio no, será necesario promover algo más de que lo expuesto el pasado lunes frente al Athletic Club en San Mamés.

De ese partido se recuerda especialmente el recital de paradas de Rajkovic, que este sábado recibirá la primera gran ovación de la afición y un par de fogonazos de Lee y poca cosa más. Hoy, en casa, ante los mallorquinistas y con esa especial motivación que tiene el debut liguero, el once de Aguirre tiene que dar un paso adelante, ser más decisivo en el área, tener más el balón y dejar de correr solo detrás de él. Fiel a su esquema, el técnico pretende dar solidez al equipo atrás y a partir de ahí intentar aprovechar alguna de las contadas ocasiones en las que sus atacantes suelen visitar el área rival. Porque cuando un equipo vive poco en las inmediaciones de la portería contraria es clave no fallar. Si el coreano hubiera marcado de cabeza ante Unai Simón el pasado lunes, la crónica del partido no habría diferido mucho, pero sí el resultado y en fútbol cuenta eso, el marcador. Los medios cómo se consiga el triunfo quedan para los análisis más o menos periodísticos y el debate de la grada, pero el resultado es capital.

Valentía

Aguirre quiere un equipo valiente, pero en fútbol esa virtud requiere de un componente alto de atrevimiento, de intentar hacer cosas con el riesgo de fallar y que eso suponga dar un paso atrás. El equipo tiene que desquitarse de complejos más o menos entendibles porque encajar supone después tener que hacer un esfuerzo enorme para remontar y en Primera si te marcan es muy difícil sacar adelante los partidos. Pero el Mallorca tiene mimbres para poder hacer daño. Kang In demuestra que posee capacidad de desborde; Maffeo y Costa también tienen esa punta de atrevimiento perfecta y Dani Rodríguez aporta esa capacidad de lucha y empuje que es capaz de inclinar el campo en favor de los mallorquinistas.

Y delante está Muriqi. En San Mamés, en su afán de ayudar a sus compañeros en labores defensivas vivió demasiado en la zona ancha, se ancló en exceso en la sala de máquinas en un papel que le honra, pero su trabajo es desgastar a los defensas, que los centrales estén pendientes de él y rematar todo lo que le pueda venir. En resumen, el Mallorca tiene que hacer en la medida de lo posible más reconocible su juego y a partir de ahí desgarrar al rival como en según qué momentos el Athletic borró a los mallorquinistas. Es pronto, el equipo está a medio construir y cuesta mucho dar pasos hacia adelante, pero es mejor empezar pronto que no apuntarse tarde al carro de la reacción. Son Moix este sábado será una fiesta en todos los sentidos y el equipo del mexicano tiene que poner el broche final ganando al Betis.