Los jugadores del Real Mallorca celebran el tanto de Pablo Maffeo que les dio la victoria en su duelo ante el Cádiz disputado en el estadio de Son Moix en Palma. | RCD Mallorca

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Con los deberes hechos y cuatro capítulos por delante para subir la nota, el Real Mallorca sueña ahora con levantar la mirada. En su búsqueda de incentivos con los que alumbrar la última parte de la temporada, el equipo balear se ha propuesto ascender de nivel. O al menos intentarlo. Los bermellones, instalados a cuatro puntos de la puerta de acceso a Europa cuando todavía restan doce por disputarse, van a invertir el combustible que les queda en el depósito en atacar otro objetivo superior. Y pese a que esta vez lo harán liberados de la presión que les ha perseguido durante últimos meses o incluso años después de un lustro marcado por las erupciones clasificatorias, para mantener la esperanza y darle cierta credibilidad parece obligatorio salir este sábado de Almería con los tres puntos en los bolsillos (Estadio de los Juegos Mediterráneos. 18.30 horas).

El Mallorca no quiere estropear una hoja de servicios impecable ni apagar el entusiasmo que ha originado su reciente idilio con la permanencia. Es por ello que tiene la intención de apurar la competición con la guardia en alto. No solo por la integridad de la competición, sino también por su propio interés económico. Así lo reiteró este viernes Javier Aguirre, que todavía no ha prolongado su contrato -la próxima semana puede haber novedades- y que apeló a la profesionalidad del grupo para ir a Almería con la actitud de siempre para citarse con un rival que juega con el agua al cuello con apenas dos puntos por encima de la zona pantanosa.

Lastrado por las ausencias de los lesionados Nastasic, Raíllo, Jaume Costa, Augustinsson, Galarreta y Morlanes, el entrenador mexicano se verá obligado a agitar el árbol, aunque mantendrá el patrón en el que se ha basado durante todo el ejercicio.

El mayor obstáculo a la hora de extender la esperanza mallorquinista es que enfrente estará un Almería que se juega la vida y que no puede permitirse más gazapos para no afrontar las tres últimas funciones del curso desde el agujero de la categoría...

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Aguirre mantendrá a Rajkovic bajo los palos -no dará descanso al serbio hasta las dos últimas jornadas-, fijará a Hadzikadunic, Valjent y Copete en el centro de la zaga con Maffeo por la banda izquierda y previsiblemente Antonio Sánchez por la derecha, ya que Gio González regrese después de perderse los últimos encuentros por culpa de una lesión. Para taponar la hemorragia abierta en la sala de máquinas, que pierde a su líder (Galarreta) y a su fiel escudero (Morlanes), Aguirre deberá improvisar con Iddrisu Baba y, previsiblemente, el francés Clement Grenier. Titular en Cádiz junto a Galarreta a finales del pasado mes de enero, el exjugador de Lyon, Roma o Rennes, no destaca precisamente por su fortaleza física, aunque es el único mediocentro tipo del que dispone el mexicano para este duelo. Otra opción sería fijar a Antonio Sánchez en el medio, con Gio en el lateral derecho.

En la vanguardia las variantes son enormes. Con la pareja de ases como indiscutibles (Kang In Lee y Muriqi), la otra plaza puede ser para Amath Ndiaye, que ha salido desde el inicio en las tres últimas jornadas, o el gallego Dani Rodríguez.

Para completar la lista, Aguirre recurrió a los jugadores del filial Josep Gayà, Miquel Llabrés, Marcos Fernández. Luis Montiel y Benjamín Garay, que se han sentado en el banquillo en los últimos compromisos pero todavía no han tenido la oportunidad de debutar.

El Almería, que ha logrado 29 de sus 36 puntos en casa, quieren seguir con esa solidez para apuntalar el objetivo. Rubi tiene la ausencia segura de Kaiky Fernandes, que continúa lesionado, y la duda de si el defensa Juan Brandáriz ‘Chumi’, que no pudo acudir al partido de la pasada semana en El Sadar por ligeras molestias, está recuperado. En contrapartida, Rubi podría presentar la novedad en el lateral izquierdo de Akiene y recuperar a El Bilal Touré, el máximo goleador rojiblanco que, según el club, «está listo para volar» tras lesionarse el pasado 12 de marzo.