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El Mallorca empató (2-2) ante el Rayo en Vallecas, pero el equipo de Javier Aguirre se mostró ordenado, rocoso, práctico y efectivo. Un punto, que pudieron ser tres, parece poco, pero lo más importante son casi siempre las sensaciones. Y este sábado fueron más que buenas. El Mallorca mostró trazas de ser un equipo mucho más atrevido. De salida Javier Aguirre exhibió valentía y optó por jugar con cuatro hombres en defensa -ya era hora- y dos atacantes. En el centro del campo, retornó Darder al once, demostró su valía excepcional ¡Ah! por cierto, el once contaba ayer con tres mallorquines, que no son pocos.

El duelo no pudo comenzar peor, puesto que Álvaro García abrió el marcador cuando solo se habían disputado tres minutos. El Mallorca exhibía una preocupante falta de intensidad, acumulaba errores, pero con el paso de los minutos fue equilibrando el partido hasta que Muriqi empató a falta de dos minutos para el descanso. El kosovar sumaba así su cuarto gol y encadena cuatro jornadas marcando.

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El segundo tiempo se inició sin un claro dominador. Sergi Darder demostró su indiscutible valía dejando a Antonio Sánchez solo ante el portero rival, que puso en ventaja al Mallorca. Y de ahí hasta el final, dominio del Rayo Vallecano y mucho sufrimiento. Un polémico penalti de Gio González sobre Raúl de Tomás, refrendado por el VAR, dio el empate a los madrileños. Rajkovic paró el primer lanzamiento de Radamel Falcao, pero el VAR facilitó que el delantero colombiano tuviera una segunda oportunidad y empatara el partido.

Por cierto, una cosa es disponer de un estadio moderno y otra muy diferente que unas bailarinas entretengan a los aficionados congregados en uno de los nuevos locales. No vale todo.