Imagen de Sergi Darder captada la pasada jornada en el Atlético-Mallorca. | Gil-Roig

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Una final. Así. Sin más que añadir. No hay copa para el ganador ni más premio que tres puntos, pero qué tres puntos. El Mallorca no puede dejarlos escapar. Es innegociable. Hoy solo vale ganar, por lo civil o lo criminal, como diría Aragonés sin saber muy bien a qué se refería. El once de Aguirre se mide este miércoles al Cádiz (21:00 horas, Son Moix, Dzan TV) con la premisa de sumar un triunfo que le permita reconducir la situación en la tabla y de paso dar un salto adelante en la clasificación.

Hay que remontarse a la jornada cinco para encontrar el único triunfo del curso y eso tiene que cambiar y tiene que hacerlo ya. El partido se aplazó a hoy mismo porque en su fecha original Muriqi no estaba. Desgraciadamente el futbolista se lesionó y tampoco va ser hoy de la partida. Pero estará Abdón, recién renovado y más motivado que nunca y estará Darder, dispuesto a tirar del carro en la zona ancha y a partir de ahí solo resta dar lo mejor de cada futbolista sobre el campo para superar a un Cádiz que encadena nueve partidos sin ganar. Tampoco está para tirar cohetes y si el Mallorca le gana hoy le superará en la clasificación. No hay que saber nada más. Toca ganar. Con o sin Raíllo, que no jugó el pasado domingo y que resta por comprobar cuál será hoy su estado físico.

Es una semana fundamental, una de dos partidos porque al de hoy miércoles hay que unir el del próximo domingo ante el Deportivo Alavés. Pero antes de la llegada de Luis García a Palma hay que pensar solo en el Cádiz. Y hay que hacerlo como si no hubiera otro encuentro más. Como si el de hoy fuera el último partido de Liga y todo dependiera del triunfo.

Aguirre está en el punto de mira. En condiciones normales su continuidad en el banquillo debería ser motivo de debate en el seno del club, pero el Mallorca suele tomarse las cosas con calma y recela de las crisis. El técnico dijo que ante el Atlético el equipo se mostró competitivo, pero no alcanzó. Hoy tiene que alcanzar y para llegar a este punto también tendrá que trabajar y mucho ante un Cádiz igual de necesitado que los mallorquinistas.

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Con el mexicano en el banquillo todo es posible, pero se espera que hoy el Mallorca sea ambicioso. Más allá de jugar con cinco atrás o no, lo cierto es que esta noche el equipo bermellón tiene que mostrar una versión mucho más acorde con la de un equipo que quiere el balón, que es valiente, que propone más que el rival y que inclina el campo a su favor. Todo lo que no sea tirar por este plan va a ser una decepción total. Pero nunca se sabe. Lo cierto es que en este escenario un punto es un paso excesivamente corto y hoy no sirve.

Solo importa el triunfo. La hora es mala, el día peor, pero la necesidad es urgente y la afición lo sabe. El jugador número doce seguro que hará un esfuerzo para no dejar solos a los suyos en un partido casi a cara o cruz. Maffeo podrá ser de la partida desde el minuto uno y tanto él como Lato o Jaume Costa tendrán que exponer lo mejor de sí porque el juego de bandas en este equipo solo funciona cuando los laterales puede incorporarse, sobre todo el recién incorporado a la selección argentina.

Con Valjent y Raíllo en defensa se naturaliza el eje y si apuesta por cuatro atrás posiblemente Darder pase también a jugar en ese espacio entre líneas que le permite inventar y a su vez acelerar y frenar cuando el equipo lo necesita. Y es que hoy el Mallorca precisa de la mejor versión de cada uno de sus jugadores. Antonio Sánchez debe ser el que jugó contra el Barcelona y Dani Rodríguez el hombre que tiene llegada, disparo y capacidad para sorprender desde cualquier posición ofensiva.

Y delante Abdón. Siempre incordiando a los rivales, siempre inquietando. Y posiblemente Larin. Algún día marcará un gol. Tal vez sea hoy. Si tiene que anotar uno esta temporada que no tarde más. Hay que salir confiados y ganar. Solo eso. Ganar.