La vuelta a casa más dura para la afición del Mallorca. | Jordi Nicolau

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No pudo ser. La ilusión de la afición del Real Mallorca se apagó en la tanda de penaltis, que ha dado hace escasas horas la Copa del Rey al Athletic. Sin duda, nada tiene que ver este vuelo con el de la madrugada del sábado, con el que un numeroso grupo de seguidores bermellones llegaba a Sevilla con el sueño inquebrantable de que los ‘soldados de Aguirre' y los de toda una isla, pudieran levantar una copa que han tenido muy cerca. Y es que el haberla perdido en los penaltis, es lo que realmente habrá dolido a más de uno. El sueño estuvo al alcance de la mano, pero se escapó.

Así pues, una vez salimos de La Cartuja después de que el Athletic levantara la Copa del Rey, nos hemos dirigido hasta el bus que nos ha llevado hasta el aeropuerto de Sevilla. Sin duda, un trayecto en el que las caras largas y la tristeza han sido las grandes protagonistas. «Tristes, pero nunca decepcionados», han comentado algunos aficionados bermellones.

Los mallorquinistas esperan el bus que lleva al aeropuerto.
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Por si fuera poco, la agencia que gestionaba los autocares cambió la ubicación de recogida justo después de que finalizase el partido. Muchos no se enteraron y eso encendió a varios seguidores del Mallorca, que se veían obligados otra vez a caminar durante un buen rato. Al final, se ha solucionado para el bien de todos. Al llegar al aeropuerto, el silencio sigue presente entre los seguidores. Algunos no se terminan de creer que el destino haya sido tan cruel con el Mallorca. Y es que esperaban que los penaltis volverían a salir cara como contra la Real Sociedad. Pero ha tocado cruz esta vez.

Una vez dentro del avión, no hubo cánticos ni ánimos ni nada por el estilo. Silencio y muchas ganas de llegar a casa. Al llegar a Palma, lo que tendría que haber sido una gran fiesta, se ha terminando convirtiendo en una pesadilla. Se han ido tristes, pero jamás decepcionados.