Manu Morlanes, jugador del Real Mallorca, abatido tras la derrota contra el Athletic en La Cartuja. | Teresa Ayuga

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La plantilla del Real Mallorca cierra la puerta de la Copa del Rey entre el dolor por la derrota contra el Athletic y el orgullo de haber peleado hasta el último segundo por el título en otra batalla épica, ahora con La Cartuja como testigo. Un contraste de sensaciones que la plantilla comparte con los aficionados, especialmente aquellos que viajaron a Sevilla pese a todas las dificultades que implicaba el desplazamiento.

Uno de los más afectados por la derrota es Manu Morlanes. El centrocampista, que había sido uno de los héroes de la semifinal de Anoeta, protagonizó el primer error de la tanda de penaltis, del que el Mallorca ya no se recuperaría. «No tengo palabras suficientes para transmitir todos los sentimientos vividos ayer», escribía este domingo en Instagram. «Fue posiblemente el momento más difícil de mi carrera deportiva, tocándome vivir la cara más amarga del fútbol, pero a su vez uno de esos días inolvidables y únicos al ver a tanta gente apoyándonos a kilómetros de nuestras casas, lo cual nunca olvidaré», escribía el aragonés.

«Gracias mallorquinistas por guiarnos en todo momento y por hacer que todo esto haya sido posible. Nos hemos quedado a un paso del título, pero si algo tiene este club y este grupo de jugadores es la capacidad de levantarse y sobreponerse a las adversidades, por lo que seguro que lo haremos una vez más y seguiremos creciendo juntos», añadía Morlanes. «Llevo aquí un año y solo tengo palabras de agradecimiento por todo lo que he vivido, y me duele muchísimo no poder haberos dado aquello que tanto merecíais».

Morlanes también agradecía el respaldo que había recibido tras su error. «Quiero dar las gracias también a todos mis compañeros y gente del club por el apoyo que he sentido. Trabajaré más si cabe para levantarme y poder poder vivir más días como el de ayer en el futuro. Ahora mismo hay poco consuelo, pero es momento de estar más unidos que nunca y conseguir el objetivo en en las 8 finales que nos quedan de liga. Será duro, pero nos habéis demostrado que con vosotros nada es imposible. Volveremos más fuertes. Gracias de corazón», añadía.

Otro de los actores principales de la final, Dani Rodríguez, también usaba las redes para comunicarse con la afición. «Orgulloso es poco», decía el primer goleador de la final de Sevilla. «Un placer y un privilegio trabajar al lado de estos locos que tienen el valor más grande que vi jamás! Hemos soñado juntos y casi lo logramos! Lo volveremos a intentar! Gracias a todo el mallorquinismo, ayer disteis un espectáculo! Sois los mejores! Inolvidable!», explicaba el de Betanzos.

«La ilusión se ha convertido en orgullo de sentir como toda una isla nos empujó para intentar convertir un sueño en realidad», escribía Antonio Sánchez. «De pequeño me enseñaron que el Mallorca siempre vuelve».