Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, y su segundo técnico, Toni Amor, dan instrucciones a los futbolistas durante el partido del pasado lunes en Sevilla. | Salvador López Medina

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Además de la final que le toca jugar a su equipo, Javier Aguirre se presentará a otro examen paralelo en el Nuevo Mirandilla. Después de perder en Son Moix contra el Real Madrid (0-1) y volver a doblar la rodilla en el Sánchez Pizjuán frente al Sevilla (2-1), el mexicano se enfrenta a la que podría ser su peor racha como entrenador del Real Mallorca. Desde que ocupa el banquillo bermellón nunca ha enlazado tres derrotas seguidas el Vasco, que quiere aprovechar el viaje a Cádiz para hacerle un último nudo a la permanencia.

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Aguirre ha dirigido al Mallorca en 91 partidos oficiales y aunque ha firmado alguna serie de resultados particularmente oscura —a principios de temporada llegó a conectar diez jornadas sin ganar— nunca ha tenido que lamentar tres caídas en cadena. De hecho, la última vez que lo sufrió en Primera División fue como técnico del Espanyol, hace justo diez años (temporada 2013-14), al caer ante Real Sociedad, Almería y Valladolid y protagonizar un cierre de campaña para olvidar: seis derrotas en las ocho últimas jornadas.

El Mallorca retomaba este jueves los entrenamientos en Son Bibiloni para empezar a preparar el partido del domingo que afrontará con la baja en defensa de José Manuel Copete, sancionado por acumulación de amonestaciones. Lo más lógico es que su lugar frente al Cádiz lo ocupe Matija Nastasic. El grupo seguirá trabajando este viernes y sábado en las instalaciones de la ciudad deportiva antes de viajar otra vez a Andalucía para intentar aclarar su futuro en la Liga.